domingo, 27 de abril de 2008

Partidos, conglomerados y el abuso de cambiar y renovar.

Alfredo Cerpa

    Cada vez que nos acercamos a un periodo eleccionario, somos abrumados por dos palabras que infieren algo importante por acaecer: cambio y renovación. Sin embargo, a pesar de tratarse de palabras que implican algo profundo y usadas con devoción por tanto tiempo, nada ha cambiado de manera sustancial en el país como para poder acreditar algún actor político, con el concepto de cambio y/o renovación con cierta justeza. A lo más, han sido exitosos logrando cambios en el sentido contrario al objetivo propuesto. Digamos, Concertación y Partido Socialista.

    Asimismo hay conglomerados políticos que reclaman la bandera del cambio como algo propio, pero son rápidamente descalificados porque políticamente lo que en realidad nos dicen es: ahora me toca a mí. Digamos Alianza por Chile.

    En consecuencia, a pesar de todas las promesas de cambio y/o renovación que hemos escuchado por tanto tiempo de parte de la Concertación y algunos de sus partidos, este nunca se ha materializado o ha sido genuino en el estricto sentido de la palabra. Lo que si ha existido en los últimos 18 años, es profundización en el sentido de continuación, que nunca jamás, se puede confundir con cambio.

    El programa con el cual la Concertación gano las elecciones en 1990, que daría comienzo al desmantelamiento del sistema dictatorial de manera que diera paso a la democracia integradora, y pudiera dar cuenta de los anhelos de justicia por los atropellos a los derechos humanos, jamás se materializo. Por el contrario, se entro en una etapa de profundización o continuación de la política económica de la dictadura. Esta continuación o profundización, dependiendo a quien se pregunte, significo concretamente la imposibilidad de avanzar en reformar, para no hablar de cambiar, el sistema social y la democracia restringida legado de la dictadura. De esta manera, la Concertación
paso de ser, la fuerza que aglutinara las aspiraciones de cambio, a la fuerza que administra y maquilla el legado económico e institucional dictatorial.

    En este tejido de continuación de la política económica y del sistema legado de la dictadura, la Alianza por Chile tampoco puede ser, ni en esencia ni objetivos, la fuerza política que pueda ser confundida con cambio. Si a algo aspira la Alianza por Chile en cada una de las elecciones, es a la remoción de la administración del sistema a los concertacionalistas usurpadores, que aunque bien lo han hecho, el sistema estaría mejor bajo el cuidado de sus propios dueños.

    El abuso dado a la palabra cambio le ha quitado todo sentido. Hoy cambio puede ser todo como nada en un mismo tiempo y espacio.

    Cada fuerza política activa en el país se considera y así lo plantean, como los verdaderos agentes de los cambios necesarios al país. Todos la invocan en manifiestos y declaraciones. Los discursos todos, son decorados con esta poderosa y atrayente palabra.

    Los partidos en sus luchas de fracciones sin embargo, se van al chancho. Siendo la lucha fraccional dentro del Partido Socialista la muestra más grosera.     

    En el P.S., todos los que desde algún ángulo fraccional piensan posicionarse dentro de su propio partido, han encontrado entre cambio, renovación y la última "inflexión" a decir de Letelier, un arma motivadora para sus bases con capacidad de conducirlos a la coronación deseada.

    En esto de renovación y cambio, hay que destacar aunque mas no sea a modo de recuerdo histórico, que el P.S. ya desarrollo un proceso de renovación en los años 80 que lo dejo convertido en esto que conocemos hoy y no sabemos cómo llamarle, majamama o enjambre.

    La mayoría de los dirigentes que hoy piden renovarse (hacer inflexión, cambiar lisa y llana o, volver a las raíces como piden otros, cosa que sería fácil si tan solo supieran a cual se refieren si, a la raíz del pensamiento socialista o a la raíz de la renovación de los 80.), fueron parte del proceso de renovación de aquel entonces.

    Sin embargo hay que reconocer a cada fracción del P.S, como a todos los partidos de la Concertación, y para no ser sectarios a los de la Alianza, que se han dado cuenta y tomado nota en estos tiempos eleccionarios, que para cambio y/o renovación necesitan del apoyo de su militancia o del pueblo según sean las circunstancias.

            Pueblo; concepto vago, transitorio y lejano, que alcanza precario grado de desarrollo solo en tiempos eleccionarios. Existe, pero vive lejos. Más allá del gobierno y las instituciones gubernamentales que saquean. Alejada de los funcionarios de gobierno y de partidos que se repiten por décadas.

            Cambio y renovación salen a la cancha.

     Así, las fuerzas de los cambios y la renovación listas y preparadas para las nuevas elecciones, se lanzan a la impecable cancha rayada por la dictadura.

    La Alianza se prepara a luchar por los pobres y la desigualdad tanto en la municipal como presidencial con un candidato de típica "clase media" como Pinera, y con un slogan "Lo han hecho bien, Pero yo lo puedo hacer mejor" pero, para no descartar sorpresas, podría ser un Bacheletista Aliancista como Lavín con un simple "El Cambio".    

    La Concertación, digamos gobierno, intenta por medio de avisos mediáticos revitalizar la agenda social o segundo tiempo para una buena y abundante recogida Municipal. Ejercicio necesario y preparatorio para la carrera presidencial que es la importante. Segundo tiempo que justo, para mala suerte nuestra, se da cuando no se tiene mayoría en ninguna cámara. Cuando la mayoría existió, lamentablemente para nosotros, no se uso porque no habían elecciones en ciernes, por lo tanto apuro en nada.

    Desde los partidos de la Concertación, el P.P.D, por boca de su propio Presidente Pepe Auth, están tratando de definir que quieren, porque han venido actuando sin saber para qué, o actuado al revés, lo que en lenguaje simple significaría atornillar al revés. Mediante este proceso purificador esperan a su vez, encontrar un poquito de convicción y así representarnos mejor en la municipal.

    La D.C, también busca un discurso que pueda interpretarnos y representarnos en la elecciones municipales, pero mejor aun, desde la presidencia, también en algún momento encontraran algo lindo para decirnos, aun no saben que, por esto de estar ocupados con cosas más importantes, pero por seguro será por el lado del cambio.

    El Partido Radical, quizás el partido más piola de Chile, ni siquiera se molesta en pensar, ya que eso le acarrearía problemas. Se conforman seguir siendo un partido chiquito, que no representa nada ni se mete en nada, pero seguir obteniendo, por la gracia de Dios, Senadores, Diputados, Alcaldes y Concejales con todo lo bueno que eso trae. Es el único partido en Chile que no está ni ahí con el cambio.

    El P.S. al contrario del P.R. está obsesionado con el cambio y el redescubierto concepto pueblo. Para Letelier es necesario que el P.S haga una inflexión, que deduciendo de la entrevista en La Nación del 24 de abril, significaría desviación, que de alguna manera también huele a cambio de lo que han hecho hasta hoy, porque nos dice que "Hay que estar de lleno en las movilizaciones y demandas sociales, como los pueblos originarios y los movimientos sindicales". Admitiendo indirectamente, que quienes nos representan no han estado en esa.

    La fracción P.S, MAS de Romero, según muchos, los más de izquierda y la del cambio verdadero en el P.S, merece una mirada aparte y extendida, porque existe por mayor tiempo una producción de documentos críticos al P.S, que los distingue de las otras fracciones que buscan el poder.

    En la declaración el "MAS contra la exclusión" del 31 de Marzo, 2008 (que no se refiere a nosotros si no a la mesa dirigente actual del P.S léase Escalona,), aparecida en el sitio del Juntos Podemos Mas, nos dice:

"Reafirmamos que nuestro Partido Socialista, es una organización que se encuentra desde sus orígenes identificada con las luchas de los trabajadores, el movimiento popular y la solidaridad internacional; con un clara definición anti-imperialista, solidaria con todas las causas que buscan afianzar la autodeterminación de los pueblos, la superación del capitalismo y la construcción del Socialismo del siglo 21"

    Inmediatamente después en el siguiente párrafo de dicha declaración nos dice:

"Buscamos rescatar y proyectar en el Partido Socialista y en el país, nuestro patrimonio como fuerza de cambio, revolucionaria, democrática y autónoma en el campo internacional, con una profunda inspiración allendista y latinoamericanista. Y, en lo nacional protagonizar los cambios indispensables, que nos permitan ser reales actores e intérpretes del pueblo y sus demandas"

    Dando una primera lectura a la declaración en su integridad y a estos dos párrafos en particular no pude hacer otra cosa que quedarme boquiabierto. Primero porque soy ignorante de lo que significa Socialismo del siglo 21, pero lo entiendo como algo diferente al del siglo 20 y eventualmente todo lo contrario al del siglo 22. Segundo. Hay que destacar que el Partido Socialista, del que esta gente es dirigente, es parte, ayer y hoy, de la coalición política más neoliberal de la historia del país. Han desarrollado la política económica de Libre Mercado con constancia y rigurosidad. Libre Mercado que en su definición más simple y práctica significa, ausencia de control. Más aun, han llevado esta política por encima de consideraciones a los derechos humanos, digamos China, por una Presidenta militante Socialista. Las consideraciones a los orígenes del P.S. es una consideración abstracta y vacía, que no se ajusta a lo concreto de su accionar. Usar los orígenes del P.S como forma de desmarcarse de sus camaradas, muestra más que certeza o práctica diferente, solo intenciones basadas en nada concreto. Y de intenciones, declaraciones y análisis de amor al pueblo, esta regada la historia del P.S. Una muestra.

    En el mercurio del Domingo 25 de agosto 2002/ pág. D12 Política

Nos muestra en su gran título en relación al congreso PS la VICTORIA DEL MARXISMO CRITICO.

El artículo escrito por Mauricio Carballo nos describe como el sector renovador del PS perdió, según el articulista, la batalla ideológica.

(Lo que se aprobó)

« El capitalismo globalizado: genera injustas desigualdades, intrínsecas a las sociedades de mercado y es fuente de deshumanización, inseguridad y perdida de la diversidad de las culturas locales. Desigualdades a las que no nos resignamos y en contra de las cuales luchamos » Mas adelante señala que « se mantiene la lucha de clases y de grupos que se enfrentan por doquier por el desigual reparto de las riquezas creadas por la inteligencia y el trabajo humano ».

    Esto, amigos del MAS, fue escrito en el 2002, puedo mostrar centenares de declaraciones todas iguales o parecidas y todas en momentos de elección.

    En el segundo párrafo citado de la declaración el "MAS contra la exclusión" lo rescatable por revelador no es la retorica, sino, la última frase que nos dice: "Y, en lo nacional protagonizar los cambios indispensables, que nos permitan ser reales actores e intérpretes del pueblo y sus demandas". Esta frase es reveladora, pero no inherente al PS sino a todos los partidos. Bueno, reveladora hasta cierto punto, porque relegar al pueblo y sus organizaciones a segundo plano y en calidad de meros espectadores tal cual su propia militancia, es lo de siempre. Pero, si son intérpretes han sido malos intérpretes.

    Ellos quieren ser intérpretes, que es actuar en el vacío desconectados de la realidad como ente neutro y mediador y..., mediadores bien sabemos los verdaderos excluidos política y económicamente, son los que nos mantienen en esta situación. Ya no necesitamos más.

    En esencia los partidos han pasado de entes de cambios, aunque esto de entes de cambio siga siendo una discusión abierta, a mediadores. Sin embargo, los resultados de tal o cual mediación solo pueden verificarse por las consecuencias prácticas y sus impactos en la mayoría. La Concertación y sus partidos sabemos con certeza a favor de quien han mediado y puestos sus esfuerzos.

    No existe la retorica que pueda disfrazar la realidad. Los partidos actuales dentro y fuera de la Concertación no son agentes de cambio. Seguir poniendo esperanzas en ellos es seguir postergando algo necesario y urgente como mejorar nuestras vidas no en los discursos sino en la realidad.

    Nada hace predecir en el corto plazo que asistiremos a cambios verdaderos al sistema económico excluyente y a la democracia restringida que nos toca vivir. No existe en el Chile de hoy, la organización de base necesaria ni la coordinación capaz de generar dichos cambios. Se trata de una triste realidad. Realidad que se hace más penosa, mientras más constatamos que somos mayoritarios los que deseamos el cambio. Realidad que los excluidos debemos empezar a modificar a favor de nuestros intereses.

    La confusión que generan los diferentes partidos oficiales como extraoficiales, con sus falsas promesas de cambio, renovación e inflexión, es en parte responsable que la militancia sacrificada y honesta de los partidos no pueda escapar al juego que sus dirigentes se prestan en afanes muy alejados de los intereses de los excluidos.

    El sistema binominal, ha creado su propia lógica o simplemente la lógica esperada, que significa callejón sin salida. O, se sigue apoyando la Concertación a pesar de no ser los agentes del cambio, o caer bajo las garras de la Alianza por Chile.

    Mediante esta lógica Chile estaría destinado a estar bajo una u otra garra por siempre.

    Ante esto no nos podemos conformar. Si las opciones para el país son neoliberalismo económico "a la Concertación" o "a la Alianza", entonces no son opciones que podemos o debamos aceptar.

    No debemos aceptar porque el callejón al que nos han metido es una ilusión. No es concreto ni imbatible, es una abstracción. La masa excluida del país puede optar salir del callejón de las dos opciones, o tres si tomamos en cuenta a quienes esperan afuera del callejón de las dos opciones. El sistema binominal es un truco de magos. Un truco porque no son dos opciones, es una. Una, diferenciada con necesarios matices para no ser descubierta como una. 18 anos deberían ser suficientes para que los excluidos podamos ver la diferencia y la ilusión. Esta ilusión solo puede ser sustentada por el miedo. El miedo que predicen e inculcan en el sentido que cualquier salida del callejón conlleva solo al caos.

    Sin embargo ellos antes que nosotros se han dado cuenta que la ilusión es insostenible. Así, más y más voces se alzan pidiendo el regreso a los tres tercios históricos de la política nacional. Muchos consideran que eso sería un avance democrático, y en cierta forma lo es. Cada vez que se integran más voces a la discusión nacional es un avance para la democracia, pero todos entendemos que se trata de voces de partidos, donde puede como que no puede estar representada la voz de los excluidos, o, representada solo en retorica.

     Parados ante el muro binominal que impide avanzar a favor de los cambios, suena lógico que sectores excluidos busquen refugio en las organizaciones extraparlamentarias.     Aparentemente y a simple vista no existen más caminos. Sin embargo, las organizaciones y partidos políticos extraparlamentarios no se encuentran a la altura.

    El fracaso del Junto Podemos ha dejado más diezmadas las fuerzas que han surgido y presentado como alternativas a la Concertación y sus partidos. Bien vale recordar que aun el Juntos Podemos nunca reunió a todas las fuerzas opositoras al neoliberalismo. Organizaciones como la Zurda, Fuerza Social Democrática, Movimiento Nueva Izquierda, nunca compraron el proyecto Podemistas. No que lo muestre a ellos como correctos por no comprar, pero viene a significar, que no basta ser ni sentirse anti- libre mercado para hacer la unidad de las fuerzas extra-parlamentarias.

    El fracaso del Juntos Podemos y la actual división existente entre las fuerzas extraparlamentarias, pareciera ser incomprensible para muchos. Tal es así, que los llamados a la unidad de la izquierda y las fuerzas extraparlamentarias se han multiplicado últimamente, más basados en las desesperanzas que en posibilidades reales de cambio que esta unidad pueda traer.

    La unidad de la izquierda extraparlamentaria es una tarea en extremo difícil como hemos podido presenciar. Difícil, porque aunque los partidos no lo admitan, siempre estarán los intereses partidarios como doctrinarios, más que el de los excluidos, en lo alto de la mesa de negociación, haciendo virtualmente imposible una unidad duradera, sin que alguien salga o se sienta desmerecido.

    Y no es para menos. Cada vez que se da vida a una organización, el parto se da después de profundas, largas y a veces divisivas discusiones, que cuando finalmente se llega a sintetizar en una declaración de principios y programa, se ha creado una guagua imposible de abandonar... sin algo a cambio. Digamos P.C.

    La formulación de los principios tan dignos como rígidos con sus guardianes eternos, mantienen la unidad siempre en peligro. Los principios doctrinarios y partidistas son algo parecido a los Diez Mandamientos, todos de acuerdo en su dignidad y valor, pero que nadie puede respetar todos y en todo momento. Una frase mal dicha puede significar una cantidad enorme de documentos y discusiones extensas para hacer volver al carril al descarriado o descarriados. Los partidos son una mirada permanente hacia adentro de sí mismo.

    Si mantener la unidad dentro de un mismo partido es algo en extremo difícil, aun cuando se encuentran en el poder (P.S., D.C., P.P.D, U.D.I., R.N) cuanto más difícil será mantenerla dentro de un conglomerado en ausencia de poder. Sin nada que pueda menguar tragarse ciertos principios o puntos programáticos. Menguar con Alcaldías por ejemplo.

     Y es que en verdad se trata de unidad para subsistir en primera instancia. Pueden mantenerse dentro de una unidad o conglomerado, mientras se asegure la existencia y cierta exposición con la esperanza de lograr hacer entender al pueblo que ellos si son lo que el pueblo espera.

    La eventual vuelta a la política de los tres tercios que ya se vislumbra como posibilidad. Máxime, cuando desde la concertación en especial desde el P.S existen fuerzas que estarían dispuestas a esa unidad. Bien le puede dar a las organizaciones extraparlamentarias el incentivo a unirse. El incentivo que significa posibilidad cierta de acercarlos a las Alcaldías, cámara de diputados y senatorial y de ahí quien sabe, la presidencia. Cierto es que pelearan algo por los cupos, pero llamados por un ideal superior como ser diputado o senador, puede ser suficiente para mantener la unidad.

    Sin embargo, de producirse esto, nada asegura que cambiara el sistema de la desigualdad o mejorara las condiciones de los excluidos.

    Con lo anterior no trato ni en intención ni forma, agredir o disminuir los esfuerzos que la militancia de estas organizaciones pone con tanto sacrificio en la lucha por mejorar las condiciones de vida del pueblo de Chile. Solo creo que los esfuerzos y sacrificios están apuntando y siendo dirigidos en la dirección equivocada. Especialmente, cuando la mayoría de estas organizaciones se reclaman militantes o provienen de la raíz marxista, pero que han olvidado parte importante y central de su propia doctrina "la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos" Los cambios necesarios por ende vendrán de la mano de los excluidos mismos. No de sus vanguardias por dotadas que se encuentren de elementos teóricos.

    La unidad necesaria ahora y siempre, la que produce verdaderos cambios, es la unidad de las organizaciones naturales de los pueblos. Jamás en la historia de los cambios sociales y avances en mejoras para los excluidos, ha tenido que ver con los partidos y sus unidades. Por el contrario, en la mayoría de las ocasiones estas uniones naturales y sus formas particulares de funcionamiento, se han producido a pesar de los partidos.

    Los partidos van siempre detrás de las organizaciones y movilizaciones por cambio y mejoras. Primero las incentivan, apoya de boca con la intención de cambiarlas, y se han opuesto si van a contra pelos de sus propias estrategias de cambio, después cuando han crecido y desarrollado las han aceptado nuevamente intentando controlarlas y una vez controladas le cambian la estrategia y objetivos y por arte de magia son los héroes y los que la iniciaron.

    Un ejemplo histórico contemporáneo. La reorganización del movimiento obrero, de las organizaciones sociales y populares, y del movimiento estudiantil en los primeros años de la década del 80, que dieron inicio a las protestas mediante coordinadoras de organizaciones sociales y populares en el área metropolitana y que se extendió por el país. Fue un acto de las organizaciones mismas sin injerencias de partidos, por obvias razones en aquel tiempo de gran represión, y fueron ellas la fuente que iniciaron y derrotaron la dictadura. Los partidos de aquel entonces hicieron grandes esfuerzos por recomponer sus aparatos y que solo una vez recompuestos con dinero en sus arcas hicieron todo lo posible por controlar el movimiento, hasta que lo lograron. Frenaron la lucha y la encauzaron hacia sus propios fines, con los resultados a la vista.

    Estas "vanguardias partidarias" que usurparon la dirección natural de aquellas organizaciones y sus objetivos con dirigentes tales, como Núñez, Martner, Delvalle y muchos otros, primero dentro de lo que fue el Bloque Socialista y luego Lagos, Almeyda, Escalona y otros después, lograron el control de las organizaciones del pueblo y le propinaron tamaña derrota al pueblo de Chile en sus aspiraciones por una verdadera democracia, por un economía diferente de justicia social.

    No fueron los partidos ni sus dirigentes los que derrotaron la dictadura. Fue el pueblo organizado. Ellos solo tomaron los frutos y control. Desbaratando la dirigencia real y natural que tuvo el movimiento social de aquel entonces. Y, luego para evitar reorganizaciones y/o opiniones independientes, desbarataron las revistas de opinión y análisis que nos acompañaron en aquella lucha una vez conquistada la democracia restringida. Pregúntenle a Juan Pablo Cárdenas. Si llegaron al poder, fue montados en las organizaciones sociales y populares que brindaron la lucha, los muertos y la protección. Protección que da un pueblo movilizado en sus demandas.

    Y esa es la raíz de nuestros problemas con las alternativas de cambio que vienen de arriba.

    Sin embargo la revolución de los pingüinos vino asustar y a recordarles, a las conducciones partidarias de la Concertación, al igual que en los 80, que no necesitamos conducciones externas para movilizarnos por nuestros intereses.

    Para las extraparlamentarias fue un susto también porque los estudiantes no respondían a sus conducciones, y no puede ser que una lucha no pase por ellos y sus directivas. Malo para la imagen de alternativa. Para otros en la concertación, susto por no poder controlarlas a pesar que algunos dirigentes estudiantiles eran militantes de sus organizaciones.

    Todas sus conquistas y logros pingüinos, fue a pesar de algunos partidos y de absoluta sorpresa para otros. Pregúntenle a Escalona por su pesar, seguro que acuso a los dirigentes estudiantiles de su propio partido como desleales con la presidenta. Pero, bravo por los estudiantes que fueron leales a su propia causa. La tardía reacción de las organizaciones extraparlamentarias y deseos de usurpar la dirección independiente del movimiento estudiantil demuestra que siempre van muy de atrás.

    Las conquistas estudiantiles fueron obra de los estudiantes mismos y no de los partidos.

    En junio próximo, Harán 25 años desde que comenzaron las protestas masivas en el área metropolitana.

    25 anos que comenzamos la lucha por recobrar la democracia desde las organizaciones sociales y populares.

    25 anos desde que tejimos la red de organizaciones sociales y coordinadoras de organizaciones sociales. Comenzamos desde los barrios de las Comunas en Zona Norte en Zona Sur, dejándonos mensajes de fecha y horas de las próximas protesta en las micros metropolitanas, el internet de la época, que funcionaba mejor que el TranSantiago.     

    Sabemos que la tarea por recobrar la democracia esta inconclusa y deberemos terminarla. Sabemos que si no lo hacemos nosotros mismos nadie más lo hará. Y, sabemos que deberemos organizarnos de la misma manera, uniéndonos no por doctrinas si no por necesidades, desarrollando y creando organizaciones necesarias al desarrollo de nuestras propias comunas, pero esta vez sabemos, que no podemos entregar nuestra lucha y nuestras necesidades a los partidos políticos nacionales.

    Sabemos que deberemos crear nuestra propia organización política a partir de las organizaciones sociales y populares en nuestras comunas, y en todas las comunas, no esperando ni pidiendo que la organización sociales y populares se disuelvan ni entreguen la conducción o liderazgo que ellas mismas se han dado, ni que cambien sus objetivos y prácticas, sino mas bien unir en un ente político esos objetivos y practicas con las de otras organizaciones populares y así crear una organización política que nos permite entrar a disputar en cada comuna del país la conducción ejecutiva de la comuna, levantando nuestros propios candidatos a Alcalde y Concejal.

    Sabemos que los partidos más que conducción son corrientes de opinión. Entonces, tomaremos en cuenta sus opiniones con respeto, pero no su conducción. Porque por encima de todo sabemos, que somos nosotros mismos los agentes de los cambios.

    
 

    
 

    
 

    
 

    

 

martes, 22 de abril de 2008

EL ESTADO DE LA POLITICA NACIONAL: Ausencia de representatividad.


Desde la concertación, seguido se acusa a los que intentamos con limitaciones analizar la situación del país, sacar conclusiones y hacer propuestas, de negativos y pesimistas. O, de por lo menos, de hacerle el juego a la derecha.

Hemos dicho que las mayorías excluidas tanto en lo económico como político no tienen representatividad dentro ni fuera del gobierno. Hemos acusado a la Concertación de no tener un plan ni visión país, aparte de slogans de campanas electorales, que son mediáticamente permanente; Curepto como último ejemplo. Continuamente se nos dice avanzamos, pero nosotros no sabemos adónde y al parecer ellos tampoco, porque nunca pueden explicar y, lo que hoy se avanza, mañana se revierte; ultimo fallo del TC. Decimos que esta democracia nacida de la dictadura es restringida, no garantiza la igualdad ni la representatividad; fallo del TC. Sistema binominal. Hemos dicho que entre Concertación y Alianza no existen diferencias importantes ni en lo democrático-político ni en visiones de economía; votaciones en el Senado, Cámara de Diputados, Zaldívar y Flores, Aliancistas Bacheletistas, Bacheletistas Aliancistas y demases. Decimos que la economía de mercado, basada en el crecer o morir, solo puede existir en la desigualdad y la pauperización de las mayorías a quienes toma como consumidores y no personas; carreteras del abuso subvencionado, TranSantiago, intereses crediticios injustos basados en el hasta donde el Mercado pueda aceptar. En fin, nosotros podríamos seguir con lo negativo y haciéndole el juego a la derecha, pero mejor que siga el nuevo y flamante Presidente P.P.D. Pepe Auth, quizás el mismo demuestre que lo que se ha venido diciendo no era negativo y solo una simple, llana y objetiva mirada al país.

Extracto de la entrevista a Pepe Auth en el diario La Nación, aparecida el lunes 21 de abril, 2008 Importante es leerla en su integridad en La Nación, por esa cosa de los contextos y/o la tergiversación.

-¿Cuál es el principal desafío que hoy tiene la Concertación?
-Primero, ponerse tras el Gobierno y su programa. Segundo, levantar compromisos programáticos de fututo que nos distingan de la derecha. Hasta ahora hemos hecho las cosas al revés, Primero hemos pensado qué cosas producen consensos y luego hemos desarrollado las iniciativas. Creo que lo primero es saber lo que uno quiere. Segundo, hay que poner convicción detrás de esa idea. Tercero, hay que buscar fuerza social para movilizar esa idea y cuarto, buscar la interlocución con los adversarios. Creo que llegó el momento de invertir la pirámide.

-¿Cree que la Concertación se ha apartado de las reales necesidades de la gente?
-Sí, la Concertación se ha achanchado y el PPD también. Buena parte de lo que fue su diferencia y frescura ha ido perdiéndola en la administración del poder. Creo que la Concertación requiere de un remezón ético, para que redefina con claridad la frontera de lo decente y lo indecente, lo eficiente y lo ineficiente. Por eso yo saludo al Gobierno con la nueva actitud de ponerse por delante de los problemas y no esperar que la derecha apunte con el dedo un problema de corrupción, como lo que ocurrió en el Maule y que caigan los responsables políticos. Fin de extracto.

En tiempos electorales, como que estamos acostumbrados a estas autocriticas que luego desaparecen en medio del triunfo electoral. Recuerdan a Omíname con lo de "hemos creado el paraíso de los ricos" años atrás. O, los llamados díscolos de la Concertación y eso de "las dos derechas".

Sin embargo, las cándidas declaraciones son reveladoras y, una vez más, nos dan la razón a los negativos. La simple admisión de haber hecho las cosas al revés, es decir privilegiar al empresariado, junto a la admisión de no saber lo que quieren y de falta de convicción, para que por ultimo allá atrás, buscar fuerza social para volver a negociar con los "adversarios". La admisión de la corruptela dentro de sus fuerzas, pero que se pone contento porque ahora sí, se pondrán por delante de los problemas hacen un párrafo que a los negativos los haría parecer positivos.

Para seguir demostrando la falta de representatividad y claridad, he incluido a este artículo otro extracto de una entrevista hecha por Patricia Bravo, en punto final a Lautaro Carmona Secretario General del PC. Igual que en la anterior, por favor leer la entrevista completa en Punto Final.

"El Siglo en Huelga"
Hay un punto delicado y oscuro que siembra dudas respecto a la consecuencia del PC, es el problema con los trabajadores del semanario El Siglo. Llevan meses en huelga denunciando bajos salarios y prácticas anti sindicales, fueron despedidos y expulsados del partido. Pero ellos siguen sintiéndose comunistas y publican El Siglo en Huelga. ¿Cuál es su opinión?
"Las personas que puedan sentirse involucradas en esta situación tienen todas las posibilidades y espacios para exponer su visión. Yo tengo una coherencia ética desde el punto de vista de militante comunista. Creo que entre nosotros 'para vencer hay que convencer'. El Siglo nació en 1940 -tiene casi setenta años- y es primera vez que tiene un sindicato. Curiosamente se formó una vez que se produjo una diferencia en un núcleo de compañeros frente a definiciones relacionadas tanto con el contenido del periódico como con la estabilidad en esa tarea".
¿Por qué estabilidad? ¿Se habló de despidos?
"No. Dije 'tarea', porque El Siglo se precia de haber formado muchos periodistas. Esa oportunidad ha estado abierta a numerosos militantes. Sería muy malo presentar un debate que represente diferencias políticas para tratar temas políticos o un debate que represente resguardos de exclusividad desde el punto de vista de espacio de tarea política a propósito de conflictividades de sindicatos, de reivindicaciones de remuneraciones". (Nota. el subrayado es mío. He leído esta respuesta no sé cuantas veces y no puedo hacer sentido de ella. Que alguien por favor me ayude y explique)

¿Podría ser más claro?
"Podría ser más claro si viéramos esto como una relación entre una empresa y un grupo de trabajadores. Pero no es la parte que a mí me toca. Yo soy dirigente del Partido Comunista, y si vamos a simular que hay una empresa, le toca a otros compañeros. Desde la dirección del partido, no hay un mal tratamiento para los trabajadores, ni inconsecuencia en el trato a los sindicatos. Eso es insostenible en el PC. Hay opciones voluntarias, proyectos políticos...

Sin comentarios.

¿Quien nos representa?

Si entrelazamos las denuncias mutuas de corrupción de los dos conglomerados oficiales, con la resolución del T.C. sobre la "píldora del día después" y esta, con la destitución de la Ministra de Educación y esta, a la mediática y fallida inauguración del hospital de Curepto y esta, a la última encuesta de ADIMARK donde el nivel de aprobación tanto para la Concertación como para la Alianza es de 24 % es decir 76% de desaprobación y esta, a la encuesta IPSOS donde el 60,5 % de la población cree que Chile es un país corrupto, donde país debe leerse conglomerados oficiales, tendremos entonces el estado de salud en que se encuentra la política nacional por el lado oficial.

El estado de la política extra-oficial sin embargo no es mejor. Por un lado tenemos al PC y la Izquierda Cristiana, mostrando una inusual pericia al montar de un solo salto dos caballos en velocidad, que van en distintas direcciones, uno en dirección a la Concertación, y el otro, corriendo a ese mismo 76% que la desaprueba, y a ese 60,5% que los encuentra corruptos, pero que los jinetes juran que están con la mayoría y que van en la misma y justa dirección. Por el otro tenemos al Partido Humanista menos diestro con los equinos y en esto de montar dos a la vez, trata de conseguir uno con ocho patas, que aunque cuatro vayan en una dirección y las otras cuatro en otra, trata por lo menos en la ilusión visual, de mostrar un solo caballo.

Ante este maniobrero panorama político no es sorprendente que se reanuden los justos llamados a una Asamblea constituyente para dotarnos de una verdadera Constitución democrática y representativa. El fallo del T.C. ha caído como una bofetada al rostro de las mujeres que nos recuerda que esta es una Constitución de marcado signo dictatorial. Tampoco es sorprendente en este estadio de vacío que surjan llamados a la unidad de la izquierda, rogando que dejen sus diferencias de lado y proceder en base a la buena voluntad. No sorprende porque en las fuerzas protegidas por el sistema binominal no existen las herramientas políticas, ni la moral para acabar con la corrupción. Cuando el gobierno no tiene más que borrosas intensiones de cambios al sistema económico, a su política social y, no se sospechan grandes cambios a la constitución, se da por entendido entonces, que se necesita otra fuerza política. La cual, para algunos, debe surgir rejuntando lo que hay. Lo que significa, que ya no se piensa en lo que se necesita para cambiar las formas y objetivos que debe tener la política, sino del conformarnos con lo que existe. Si este rejunte de buena voluntad sirve o no a los intereses de los excluidos, es otro tema en el cual no deberíamos meternos por miedo a que se dividan.

Al parecer la lógica Concertación de las últimas dos décadas que trata de un "todo va regio en lo económico, de un peor es nada en lo social y de justicia en lo que se pueda para los derechos humanos" ha impregnado a un sector político de los excluidos a conformarse con lo que hay, que peor es mascar lauchas, y avanzar en lo que se pueda. Sin embargo, en medio de estos llamados y el tira y afloja entre concertación y Alianza por un carril y entre la Concertación y las fuerzas extraparlamentarias por conseguir un acuerdo por omisión por el otro, pareciera que los excluidos no existieran, no son mencionados ni menos consultados en las municipalidades que van a ser usadas para el trueque.

Al parecer, el posicionamiento a través de jugadas electorales por parte de sectores extraparlamentarios se traduciría mediante la obtención de algunas Alcaldías, en un nadie sabe cómo, mejoramiento político instantáneo en la situación de las mayorías excluidas de la sociedad. Mientras, que para la Concertación se traduciría en remontar las pérdidas sufridas de los llamados renegados.

Los llantos en la Concertación por la "trágica" forma de votar en el congreso de Flores y Zaldívar y, el resultado de aquel voto, no son un problema ni una tragedia para el país como se nos quiere hacer creer. No lo es, porque para las mayorías excluidas se trata de una batalla de orgullos en las alturas. Si existió un interés, este fue saber donde están las Lucas ahora perdidas en medio de sus batallas. Si algo demuestra esta votación, es la clase de gente que cohabita en la Concertación, cosa que debería hacernos tener más desconfianza.

Pequeñeces y acomodamientos personales se dan, se han dado y seguirán dando en su interior. Flores y Zaldívar no cambiaron cuando salieron o sacaron de la Concertación. Han sido siempre iguales. Nunca fueron mejores en cuanto a lealtad se refiere, y en lo que a nosotros interesa jamás han sido luchadores por la democracia y la igualdad social...y que Flores ni Escalona salgan con la burrada de quien estuvo más cerca de Allende, porque cada vez queda menos claro para que. Sectores de la Concertación, ya sean Diputados o Senadores, han votado demasiadas veces con la Alianza y sobre cuestiones más importantes, porque han tenido que ver con limitadas mejoras sociales y no se derramo ni una lágrima.

Mientras se llora por algo sin importancia para los sectores excluidos, porque realmente no la tiene, a nadie le cambia la vida si Provoste queda o se va. Lo que si nos cambia la vida y nadie habla en las alturas, porque se trata de una verdadera tragedia y algo de terrible importancia para las mujeres, es la resolución del TC. Este tema de gran importancia no solo políticamente si no de implicancias prácticas inmediatas lo han sepultado en lloriqueos de teleserie, donde la suerte política de una mujer es más importante que todo el resto de las mujeres chilenas que han perdido, mediante el fallo del TC, el control de sus cuerpos y vidas.

Esta situación de olvido de las mayorías excluidas y falsas discusiones nacionales, obliga a preguntarse ¿Que pasaría con las mayorías excluidas, de mantenerse esta lógica política en el país, en un por ahora hipotético llamado a la conformación de una Asamblea Constituyente?

¿Quién representaría o hablaría de manera legítima por las demandas de las mayorías excluidas del país? En este hipotético escenario es evidente que la Concertación no sería una voz de confianza para representar las demandas de los excluidos, como evidente también, que la izquierda extraparlamentaria no da el ancho en tanto lo más importante en este momento para ellos es lograr algún número de Alcaldías. El fin que persiguen en este afán de lograr alcaldías a cualquier precio es poco claro.

Si se mira con objetividad, el lograr ciertas Alcaldías no cambia, ni en hecho ni en forma, las restricciones democráticas en que nos encontramos. No la cambia, porque acomodar otro jugador en la mesa oficial y aceptada del póker político nacional, lo que hace es variar la disposición en la mesa de los jugadores, pero no cambia ni el juego ni las reglas con que este se juega.

Lo que si cambiaria en hechos y formas la lucha por la ampliación democrática, es la irrupción de la organizaciones sociales y populares de las comunas, constituidas en referente político independiente y autónomo de partidos nacionales que dispute en las elecciones el control ejecutivo de las municipalidades. Significaría que la lucha por la ampliación democrática y los anhelos de cambios son tomados en nuestras manos y no confiados a los autodenominados salvadores. Significaría que la dirección de la comuna queda en manos de las fuerzas vivas, necesarias y existentes de la comuna y no en la de partidos nacionales y sus juegos políticos de acomodamiento. Significaría un ¡Ya no más!

Este es el verdadero problema para los sectores excluidos y marginados de toda clase en el país. Esta es la gran tragedia que vivimos los sectores excluidos: la falta de representación honesta por parte de los partidos políticos nacionales. En esta situación el gran y verdadero desafío es representarnos nosotros mismos.

En la actual situación ¿podría el pueblo de Chile dejar a los actuales partidos la redacción de una nueva Constitución que define las reglas de relacionarnos entre chilenos y el tipo de estado que nos cobijara sin ningún tipo de control o representatividad de nuestra parte? Mi respuesta por lo menos es de un absolutamente no.

No, porque nuevamente tendríamos un texto cargado de ambigüedades y retorica como el actual donde un artículo da derecho mientras el otro los niega o quita. De no ser redactado así, hoy mismo tendríamos el derecho de llevar al gobierno entero a la corte, demandarlo por groseras falta a la carta fundamental, por los inmensos sufrimientos y exclusión que ha sometido a la mayoría del pueblo de Chile obligándolo a demitir en acuerdo al Capítulo I. Bases de la institucionalidad, articulo 1º . Que en su primer párrafo declara: "Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos". Sin embargo, este párrafo, que pareciera decir mucho en realidad no nos dice nada, aparte de nacer libres e iguales en dignidad y derechos, que más bien se refiere al parto, esta igualdad no está garantizada más allá del nacimiento. Vale decir, nacemos y en ese momento dejamos de ser iguales en dignidad y derechos.

La única forma de mantener la igualdad más allá del nacimiento es con un estado que garantice la universalidad e igualdad en educación y salud. Que garantice la dignidad e igualdad mediante un estándar digno en vivienda. Que garantice el ser libres, iguales y dignos en relación y trato, no importando la posición en la sociedad. Bueno olvidémonos de demandar al gobierno porque nada de esto garantiza la constitución y el estado actual.

El camino que resta en la marcha hacia la igualdad esta en nosotros mismos, en los no representados. Si el espectro político actual no nos entrega opciones confiables a seguir, debemos ser capaces entonces, de encontrar la fortaleza y las fuerzas en nosotros mismos tal cual lo hicimos cuando luchamos contra la dictadura, desde nuestras propias organizaciones, levantando otras y uniéndolas.

Nosotros somos buenos para la unidad, hasta nos resulta fácil cuando esta unidad está basada en nuestros propios intereses, pero esta vez, a diferencia de los años 80, no debemos entregarles a los partidos la dirección política, deberemos mantenerla nosotros. Esa es la importancia de generar a partir de nuestras propias organizaciones existentes en cada Comuna y las que se deben construir una organización política que nos represente a nosotros mismos. Organización política superior, donde cada organización social de base en nuestras Comunas, mantiene y desarrolla su campo de acción concreta y practica en absoluta independencia, manteniendo su forma orgánica de funcionamiento pero que se coordina de manera organizada, en un objetivo político superior, ya sea mediante un Partido Comunal, Federación Comunal de organizaciones sociales o Movimiento Social Comunal. Organización política Comunal que ni en forma ni objetivos debe ser copia de los partidos existentes.

Se han avanzado ideas en ese sentido, pero se necesitan más. Nadie la tiene toda clara, pero todos juntos si podemos hacer una síntesis refrescante de las ideas que tenemos y generar esta organización superior para las organizaciones sociales y populares de las Comunas. Y, por fin tener nuestra propia representatividad en la mesa de los cambios que se vienen.


domingo, 6 de abril de 2008

Elecciones municipales

Elecciones municipales.

¿Como estamos?


Tan solo cuatro años atrás las expectativas que creaban las fuerzas extraparlamentarias de frente a las elecciones municipales, llenaban de optimismo y posibilidades de ser escuchado a amplios sectores de nuestra sociedad. La creación del Juntos Podemos como alternativa de participación democrática, diferenciada de los dos conglomerados que comparten el poder, era la causa de tales sentimientos.

El resultado obtenido en aquella elección fue tan sorprendente, incluso para las fuerzas Podemistas, que hizo pensar que una nueva fuerza irrumpía el escenario político nacional. Los vientos de cambios y su energía renovadora se hacían sentír en los rostros marginados de la sociedad actual.

Sin embargo, dos anos después de su creación y, una nueva elección, esta vez presidencial, basto para frenar los vientos de cambios y la energía renovadora diera paso una vez más a la desilusión y al sentimiento de vacío que representa el estar solos, y comprender quizás, que los cambios necesarios en pos de una sociedad igualitaria y justa no vendrán desde arriba. Que no existen los salvadores ni la organización o conglomerado nacional que pueda responder a los intereses de las mayorías nacionales marginadas o afectadas de manera negativa por el actual sistema social.

Hoy, producto del fracaso de la unidad extraparlamentaria, nuevamente enfrentamos las elecciones municipales solos, sin una organización propia de los que anhelamos cambios en las formas y propósitos que debe tener la política. Nos acercamos al día de la elección y escuchamos nuevamente por parte de las organizaciones extraparlamentarias los discursos llamando a la unidad y, que una vez más, les entreguemos nuestra confianza. A esto deberíamos decir no.

Deberíamos decir no, porque esa confianza ha sido traicionada al anteponer intereses partidarios por delante de los intereses de la mayoría que ellos quieren representar. Al destruir el Juntos Podemos, de paso se destruyo la confianza que muchos habían depositado en este conglomerado. El conocer y analizar las razones o pretextos para destruir dicho conglomerado es lo que nos debe dar la fuerza que nos permita decir no.

De nada sirve apoyar organizaciones que no están dispuestas a respetar sus propios acuerdos y menos las promesas hechas al calor eleccionario a nosotros que queremos cambio.

El estado en que se encuentran las organizaciones extraparlamentarias para esta elecciones municipales es calamitoso, y si bien producto de la elección en ciernes han disminuidos sus intensiones canibalistas, lo cierto es, que quienes piden la unidad y el apoyo están desunidos producto de las traiciones entre ellos mismos, que de crearse una cierta unidad entre ellos, será solo para propósitos eleccionarios y no de una seria y madura propuesta de cambio. A lo más pondrán ciertos clichés que sirvan de programa con fuerte dosis de manipulación.


El Juntos Podemos está destruido. Esta destruido porque las fuerzas que lo componen fueron incapaces de dirimir el problema surgido a raíz de la segunda vuelta en la elección presidencial pasada y, poner los intereses de sus seguidores por encima de ellos mismos. Es cierto que para superar un problema los deseos de solución deben provenir de ambas partes en disputa. En este problema no fue el caso. Lo que hace un análisis post morten, a unos más responsables que a otros.

Para el caso, el PC, es el mayor responsable de la muerte súbita sufrida por el Podemos. Responsable, porque no importa cómo se explique, rompieron un acuerdo al que ellos habían suscrito supuestamente de manera leal. El punto seis del acuerdo suscrito por las fuerzas que dieron vida al Podemos, es claro y elocuente de lo que debería ser la posición del Podemos no solamente a la hora de elección, sino mas bien, un comportamiento permanente.

Este acuerdo, suponemos fue estudiado y analizado por cada organización antes de poner su firma a los pies del documento. Esto significa que el presidente del PC, su Secretario General, los 16 miembros de su Comisión Política y los 80 miembros de su Comité Central tienen que haberlo analizado. Vale decir que sin contar sus propias bases 96 personas en posición de fijar línea partidaria no hicieron reparos a dicho punto 6 de la declaración del Podemos. Más aun, más de 600 veces en diferentes intervenciones y declaraciones durante la campaña presidencial se dejo en claro la posición del Podemos en relación a la segunda vuelta. ¿Debemos creer, que esos 96 miembros de la dirección del PC, en ningún momento de esas 600 veces que se explico la posición, encontraron adecuado hacer algún comentario? ¿Debemos creer genuina la muestra de sorpresa mostrada cuando Tomas Hirsh dio a conocer su posición? De creer esto, deberíamos asumir que la dirección del PC es la más incapaz de toda su historia. O, será más fácil creer que el PC jamás pensó asumir en integridad y lealtad la carta fundacional del Podemos.

Sin embargo, para el PC, su responsabilidad en el desmoronamiento de una alternativa al sistema binominal no parece preocuparle. Después de dejar tierra quemada en el campo de las esperanzas populares, anda feliz y contento en el campo de la Concertación amasando un posible pacto por omisión. Así, paladines de la democracia y luchadores feroces de la exclusión se une en pacto a los que excluyen y de manera indirecta pasan a ser ellos mismos excluyentes.

El pacto por omisión, es antidemocrático y daña enormemente la lucha por la ampliación democrática. Deja la lucha por la ampliación democrática reducida a un acto de mendicidad política restándole la nobleza e importancia a esta lucha. Es discriminatorio y ofensivo para los ciudadanos de las comunas que se les vende o regala como mercancías por aquellos que toman la política como repartija empresarial de algún buen negocio. El PC merece estar en la concertación. Tal cual los partidos de la Concertación el PC ha demostrado flexibilidad a la hora de interpretar la política y realismo a la hora de tomar decisiones. Estos dos factores son la condición si ne qua non para pertenecer a la Concertación y el PC ha pasado la prueba con honores. Se merecen ciertas alcaldías, aunque esas comunas no se merezcan al PC, quizás más adelante puedan ser diputados y senadores. ¿Por qué no? La flexibilidad y realismo son conceptos pegajosos y pueden pegarse o plegarse algún otro y al final todos los partidos entiendan que el neoliberalismo económico y la desigualdad que genera es real y llego para quedarse. Que la exclusión que la constitución pregona al final no es tan mala y da estabilidad que con flexibilidad se la podrá entender así.

Bien por ellos y bien por nosotros que queremos cambios.

El camino de cambios a una sociedad más justa e incluyente en lo democrático y económico va quedando despejado y en ese camino solo estamos las organizaciones sociales y populares comunales como los agentes del cambio. Cambios que deben comenzar por darnos cuentas que en nuestras manos está la verdadera posibilidad de mejorar nuestra condición existente sin necesidad de partidos nacionales. Esta comprensión debería darnos la confianza y las fuerzas de unir a todas las organizaciones sociales comunales, porque todas juntas globalizamos las aspiraciones de la comuna y, trasformar esta unión en un instrumento político que nos permita dar un salto superior que pueda llevar adelante los cambios. Los anhelos de una mejor sociedad, mas democrática, más justa, comienza con una mejor comuna y una mejor comuna comienza con la unidad de las organizaciones sociales comunales que desde siempre han trabajado, cada una en lo suyo, por una mejor comuna y calidad de vida. No necesitamos nada mas, solo ese instrumento globalizador que podemos llamar partido, movimiento o federación de organizaciones sociales comunales. Ni siquiera el nombre es importante solo su objetivo que es producir los cambios necesarios para mejorar nuestras vidas en todos los campos, desde abajo. Levantando desde la organización social candidatos a concejal y alcalde que respondan a la comuna y sus necesidades y desde la administración municipal de la comuna comenzar a llevar adelante los cambios necesarios en función de necesidades reales y concretas de la comuna y no necesidades políticas de figuración de los partidos.

De esta manera se estará avanzando en la unidad necesaria. Creando un salto desde la necesidad de la unidad a la unidad necesaria para producir los cambios. La unidad basada solamente en la necesidad, es una unidad para subsistir y, para seguir vivos, no para incidir y cambiar

La necesidad de cambios al sistema social que nos rige sigue siendo una necesidad y esta necesidad no cambia porque los partidos se adaptan al sistema que ellos dicen que quieren cambiar. Estos cambios debemos entender, no pasan por la necesidad de unidad que tiene la izquierda extraparlamentaria, de las fuerzas progresistas y fuerzas democráticas del país. La unidad de la izquierda es una necesidad, pero es una necesidad para ellos, para su sobrevivencia.

La unidad necesaria pasa por la unidad de las organizaciones sociales y populares a nivel comunal creando un ente superior. Es aquí donde todos los progresistas y democráticos de la comuna vuelcan sus esfuerzos destinados a los cambios. Es aquí donde son necesarios y no en una abstracta unidad nacional de fuerzas y partidos extraparlamentarios o marginados de la sociedad actual.

Así, la unidad necesaria a los cambios nacionales comienza en lo local, pasa por la unidad necesaria a los cambios en las comunas que es el lugar donde esta nuestra fuerza. Que la unidad necesaria surja de comuna en comuna. Creando lazos de cooperación y solidaridad entre las comunas que abarcan una región mediante confederación regional de organizaciones sociales comunales, manteniendo cada una siempre su independencia, porque cada una responde a las necesidades especificas de su comuna. Levantando y creando lazos de región en región. Levantando candidatos a diputado y senadores por región, que surjan de aquellas federaciones comunales regionales de organizaciones sociales, llegando así a lo nacional convertidos en confederaciones comunales y regionales de organizaciones sociales.

Para responder al ¿cómo estamos? No lo sabemos. Lo sabremos si las organizaciones sociales comunales logran unirse y crear un instrumento superior que les posibilite levantar sus propios candidatos a Alcalde y concejales de manera independiente de partidos nacionales. Si lo logran hacer, estamos bien.

Bien porque independiente de resultados en esta elección habremos dado el primer paso a cambiar la política de lo demagógico y mentira aberrante a una concreta de soluciones, y comenzaremos un largo y sacrificado camino de manera independiente con el objetivo de cambiar nuestras comunas y la sociedad en que se inserta, basados en la unidad necesaria para incidir nosotros mismos en las necesidades comunales.

Y estaríamos mal si no lo logramos hacer, porque deberemos resignarnos a seguir comentando con rabia y desilusión lo que otros nos hacen.