domingo, 6 de abril de 2008

Elecciones municipales

Elecciones municipales.

¿Como estamos?


Tan solo cuatro años atrás las expectativas que creaban las fuerzas extraparlamentarias de frente a las elecciones municipales, llenaban de optimismo y posibilidades de ser escuchado a amplios sectores de nuestra sociedad. La creación del Juntos Podemos como alternativa de participación democrática, diferenciada de los dos conglomerados que comparten el poder, era la causa de tales sentimientos.

El resultado obtenido en aquella elección fue tan sorprendente, incluso para las fuerzas Podemistas, que hizo pensar que una nueva fuerza irrumpía el escenario político nacional. Los vientos de cambios y su energía renovadora se hacían sentír en los rostros marginados de la sociedad actual.

Sin embargo, dos anos después de su creación y, una nueva elección, esta vez presidencial, basto para frenar los vientos de cambios y la energía renovadora diera paso una vez más a la desilusión y al sentimiento de vacío que representa el estar solos, y comprender quizás, que los cambios necesarios en pos de una sociedad igualitaria y justa no vendrán desde arriba. Que no existen los salvadores ni la organización o conglomerado nacional que pueda responder a los intereses de las mayorías nacionales marginadas o afectadas de manera negativa por el actual sistema social.

Hoy, producto del fracaso de la unidad extraparlamentaria, nuevamente enfrentamos las elecciones municipales solos, sin una organización propia de los que anhelamos cambios en las formas y propósitos que debe tener la política. Nos acercamos al día de la elección y escuchamos nuevamente por parte de las organizaciones extraparlamentarias los discursos llamando a la unidad y, que una vez más, les entreguemos nuestra confianza. A esto deberíamos decir no.

Deberíamos decir no, porque esa confianza ha sido traicionada al anteponer intereses partidarios por delante de los intereses de la mayoría que ellos quieren representar. Al destruir el Juntos Podemos, de paso se destruyo la confianza que muchos habían depositado en este conglomerado. El conocer y analizar las razones o pretextos para destruir dicho conglomerado es lo que nos debe dar la fuerza que nos permita decir no.

De nada sirve apoyar organizaciones que no están dispuestas a respetar sus propios acuerdos y menos las promesas hechas al calor eleccionario a nosotros que queremos cambio.

El estado en que se encuentran las organizaciones extraparlamentarias para esta elecciones municipales es calamitoso, y si bien producto de la elección en ciernes han disminuidos sus intensiones canibalistas, lo cierto es, que quienes piden la unidad y el apoyo están desunidos producto de las traiciones entre ellos mismos, que de crearse una cierta unidad entre ellos, será solo para propósitos eleccionarios y no de una seria y madura propuesta de cambio. A lo más pondrán ciertos clichés que sirvan de programa con fuerte dosis de manipulación.


El Juntos Podemos está destruido. Esta destruido porque las fuerzas que lo componen fueron incapaces de dirimir el problema surgido a raíz de la segunda vuelta en la elección presidencial pasada y, poner los intereses de sus seguidores por encima de ellos mismos. Es cierto que para superar un problema los deseos de solución deben provenir de ambas partes en disputa. En este problema no fue el caso. Lo que hace un análisis post morten, a unos más responsables que a otros.

Para el caso, el PC, es el mayor responsable de la muerte súbita sufrida por el Podemos. Responsable, porque no importa cómo se explique, rompieron un acuerdo al que ellos habían suscrito supuestamente de manera leal. El punto seis del acuerdo suscrito por las fuerzas que dieron vida al Podemos, es claro y elocuente de lo que debería ser la posición del Podemos no solamente a la hora de elección, sino mas bien, un comportamiento permanente.

Este acuerdo, suponemos fue estudiado y analizado por cada organización antes de poner su firma a los pies del documento. Esto significa que el presidente del PC, su Secretario General, los 16 miembros de su Comisión Política y los 80 miembros de su Comité Central tienen que haberlo analizado. Vale decir que sin contar sus propias bases 96 personas en posición de fijar línea partidaria no hicieron reparos a dicho punto 6 de la declaración del Podemos. Más aun, más de 600 veces en diferentes intervenciones y declaraciones durante la campaña presidencial se dejo en claro la posición del Podemos en relación a la segunda vuelta. ¿Debemos creer, que esos 96 miembros de la dirección del PC, en ningún momento de esas 600 veces que se explico la posición, encontraron adecuado hacer algún comentario? ¿Debemos creer genuina la muestra de sorpresa mostrada cuando Tomas Hirsh dio a conocer su posición? De creer esto, deberíamos asumir que la dirección del PC es la más incapaz de toda su historia. O, será más fácil creer que el PC jamás pensó asumir en integridad y lealtad la carta fundacional del Podemos.

Sin embargo, para el PC, su responsabilidad en el desmoronamiento de una alternativa al sistema binominal no parece preocuparle. Después de dejar tierra quemada en el campo de las esperanzas populares, anda feliz y contento en el campo de la Concertación amasando un posible pacto por omisión. Así, paladines de la democracia y luchadores feroces de la exclusión se une en pacto a los que excluyen y de manera indirecta pasan a ser ellos mismos excluyentes.

El pacto por omisión, es antidemocrático y daña enormemente la lucha por la ampliación democrática. Deja la lucha por la ampliación democrática reducida a un acto de mendicidad política restándole la nobleza e importancia a esta lucha. Es discriminatorio y ofensivo para los ciudadanos de las comunas que se les vende o regala como mercancías por aquellos que toman la política como repartija empresarial de algún buen negocio. El PC merece estar en la concertación. Tal cual los partidos de la Concertación el PC ha demostrado flexibilidad a la hora de interpretar la política y realismo a la hora de tomar decisiones. Estos dos factores son la condición si ne qua non para pertenecer a la Concertación y el PC ha pasado la prueba con honores. Se merecen ciertas alcaldías, aunque esas comunas no se merezcan al PC, quizás más adelante puedan ser diputados y senadores. ¿Por qué no? La flexibilidad y realismo son conceptos pegajosos y pueden pegarse o plegarse algún otro y al final todos los partidos entiendan que el neoliberalismo económico y la desigualdad que genera es real y llego para quedarse. Que la exclusión que la constitución pregona al final no es tan mala y da estabilidad que con flexibilidad se la podrá entender así.

Bien por ellos y bien por nosotros que queremos cambios.

El camino de cambios a una sociedad más justa e incluyente en lo democrático y económico va quedando despejado y en ese camino solo estamos las organizaciones sociales y populares comunales como los agentes del cambio. Cambios que deben comenzar por darnos cuentas que en nuestras manos está la verdadera posibilidad de mejorar nuestra condición existente sin necesidad de partidos nacionales. Esta comprensión debería darnos la confianza y las fuerzas de unir a todas las organizaciones sociales comunales, porque todas juntas globalizamos las aspiraciones de la comuna y, trasformar esta unión en un instrumento político que nos permita dar un salto superior que pueda llevar adelante los cambios. Los anhelos de una mejor sociedad, mas democrática, más justa, comienza con una mejor comuna y una mejor comuna comienza con la unidad de las organizaciones sociales comunales que desde siempre han trabajado, cada una en lo suyo, por una mejor comuna y calidad de vida. No necesitamos nada mas, solo ese instrumento globalizador que podemos llamar partido, movimiento o federación de organizaciones sociales comunales. Ni siquiera el nombre es importante solo su objetivo que es producir los cambios necesarios para mejorar nuestras vidas en todos los campos, desde abajo. Levantando desde la organización social candidatos a concejal y alcalde que respondan a la comuna y sus necesidades y desde la administración municipal de la comuna comenzar a llevar adelante los cambios necesarios en función de necesidades reales y concretas de la comuna y no necesidades políticas de figuración de los partidos.

De esta manera se estará avanzando en la unidad necesaria. Creando un salto desde la necesidad de la unidad a la unidad necesaria para producir los cambios. La unidad basada solamente en la necesidad, es una unidad para subsistir y, para seguir vivos, no para incidir y cambiar

La necesidad de cambios al sistema social que nos rige sigue siendo una necesidad y esta necesidad no cambia porque los partidos se adaptan al sistema que ellos dicen que quieren cambiar. Estos cambios debemos entender, no pasan por la necesidad de unidad que tiene la izquierda extraparlamentaria, de las fuerzas progresistas y fuerzas democráticas del país. La unidad de la izquierda es una necesidad, pero es una necesidad para ellos, para su sobrevivencia.

La unidad necesaria pasa por la unidad de las organizaciones sociales y populares a nivel comunal creando un ente superior. Es aquí donde todos los progresistas y democráticos de la comuna vuelcan sus esfuerzos destinados a los cambios. Es aquí donde son necesarios y no en una abstracta unidad nacional de fuerzas y partidos extraparlamentarios o marginados de la sociedad actual.

Así, la unidad necesaria a los cambios nacionales comienza en lo local, pasa por la unidad necesaria a los cambios en las comunas que es el lugar donde esta nuestra fuerza. Que la unidad necesaria surja de comuna en comuna. Creando lazos de cooperación y solidaridad entre las comunas que abarcan una región mediante confederación regional de organizaciones sociales comunales, manteniendo cada una siempre su independencia, porque cada una responde a las necesidades especificas de su comuna. Levantando y creando lazos de región en región. Levantando candidatos a diputado y senadores por región, que surjan de aquellas federaciones comunales regionales de organizaciones sociales, llegando así a lo nacional convertidos en confederaciones comunales y regionales de organizaciones sociales.

Para responder al ¿cómo estamos? No lo sabemos. Lo sabremos si las organizaciones sociales comunales logran unirse y crear un instrumento superior que les posibilite levantar sus propios candidatos a Alcalde y concejales de manera independiente de partidos nacionales. Si lo logran hacer, estamos bien.

Bien porque independiente de resultados en esta elección habremos dado el primer paso a cambiar la política de lo demagógico y mentira aberrante a una concreta de soluciones, y comenzaremos un largo y sacrificado camino de manera independiente con el objetivo de cambiar nuestras comunas y la sociedad en que se inserta, basados en la unidad necesaria para incidir nosotros mismos en las necesidades comunales.

Y estaríamos mal si no lo logramos hacer, porque deberemos resignarnos a seguir comentando con rabia y desilusión lo que otros nos hacen.























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