domingo, 29 de marzo de 2009

19 años del retorno a la democracia


MAYORÍA DE SANTIAGUINOS POBRES NO SE SIENTE REPRESENTADO POR EL GOBIERNO, SUS SENADORES, DIPUTADOS, ALCALDE Y CONCEJALES
publicado por www.g80.cl

Por sexto año, se mantiene en torno a 70% la proporción de personas vulnerables que cree "En Chile se vive una pobre democracia". Ayer jueves, la Escuela de Administración y Economía de la Universidad Católica Silva Henríquez dio a conocer los resultados de la 6∞ versión de su estudio anual "Percepción de la Población Pobre de Santiago sobre la Participación Ciudadana en Chile al año 2008 y visión evolutiva desde el año 2003", realizado por el investigador Marcelo Yánez Pérez.

Ficha técnica resumida


 

Encuesta de más de 40 preguntas, aplicada en hogares, a una muestra seleccionada aleatoriamente. En la última versión, la muestra fue de 351 personas en condición de pobreza de comunas como Cerrillos, Cerro Navia, La Pintana, Pedro Aguirre Cerda, Peñalolén, Renca y San Ramón. El estudio posee un 99,7 de nivel de confianza y un 4,2% de error muestral estimado.

A efectos de este estudio, se considera a una persona en condición de pobreza si su ingreso líquido mensual per cápita es de hasta $100.000 en el caso de familias de 2 o más integrantes, y de hasta $150.000 si es una familia unipersonal.

El estudio muestra la percepción de las personas vulnerables de Santiago frente a la Participación Ciudadana en el país a Noviembre de 2008 y cómo ha evolucionado respecto de su apreciación a los años 2003, 2004, 2005, 2006 y 2007. Incluye en detalle, la evaluación de estas personas a la representación del sistema democrático chileno.

La investigación contiene gran cantidad de información relativa al nivel en que se sienten representado este grupo de la población por diferentes autoridades de elección directa, grado en que sienten que su opinión es tomada en cuenta por las autoridades, concepción de participación, democracia y votaciones, nivel de participación en organizaciones, tipo de organizaciones en las que participan, motivaciones para participar y para no participar en alguna organización, identificación de responsables de estimular la participación ciudadana, cargos públicos que debieran ser de elección democrática, características requeridas en un candidato a un cargo de elección popular y expectativas sobre los candidatos que resulten elegidos, entre otros

Algunos resultados destacados:


Participación ciudadana

- Un 46,9% de las personas entrevistadas NO ha participado en alguna organización durante el último año, porcentaje similar al verificado desde el año 2004. En tanto, un 22,63% indica que lo ha hecho en la "Iglesia", y, en mucho menor medida, en "Junta de vecinos", "Club deportivo", "Grupos juveniles", entre otros. Tal como ha ocurrido en los estudios precedentes, la "Iglesia" es la institución más señalada como el lugar donde la gente pobre ha participado durante el último año (entre 19,7% y 27,7%).

Representación de cargos de elección directa:

- Presidenta de la República y su Gobierno: 53,4% considera que le representa en "Baja" o "Muy baja" medida la Presidenta de la República, proporción que crece 6,7 puntos porcentuales respecto del año anterior. En cuanto al Gobierno en general, 45,9% considera que le representa en "Baja" o "Muy baja" medida, nivel que permanece invariable entre desde el año 2006.

- Senadores de su circunscripción: 74,6% dice sentirse representado en "Baja" o "Muy baja" medida por los Senadores de su circunscripción, cifra similar a la de los 5 años precedentes (en los seis años del estudio, menos del 6% de los consultados afirma que se siente representado por sus Senadores en "Muy alta" o "Alta" medida).

- Diputados de su distrito: 73,5% afirma sentirse representado en "Baja" o "Muy baja" medida por los Diputados de su distrito, proporción semejante desde el año 2003 (en todos estos años, menos del 7% de los consultados señala que se siente representado por sus Diputados en "Muy alta" o "Alta" medida.

- Alcalde de su comuna: 59,3% de este grupo de la población se siente representado en "Baja" o "Muy baja" medida por el Alcalde de su comuna, cifra que aumenta 6,1 puntos porcentuales comparado con el año anterior.

- Concejales de su comuna: 70,3% se siente representado en "Baja" o "Muy baja" medida por sus concejales y sólo 10,3% dice que es en "Alta o muy alta" medida. Estos resultados son semejantes a los obtenidos desde el año 2006.

- Junta de vecinos: 65,5% de los encuestados se siente representada en "Baja" o "Muy baja" medida por su junta de vecinos frente a 13,1% que siente que es en "Alta" o "Muy alta" medida. Estos resultados muestran un incremento de 7,6 puntos porcentuales respecto de 2007 en quienes se sienten representados en baja medida por su junta de vecinos, retornado a los niveles de 2005 y 2006.

- Las principales características que debiera tener un candidato a un cargo público: "Honesto" (51,0%), "Viva en la comuna" (34,2%), "Que se preocupe por las necesidades de la gente" 33,0%), y/o "Que quiera hacer algo por la comuna" (24,2%).

- Lo que menos les interesa en un candidato: "Que pertenezca al partido político que me representa" (6,3%), Que sea "Destacado en alguna área del país" (8,5%), y "Que tenga trayectoria política" (8,8%).

Para Marcelo Yáñez, investigador a cargo del estudio, "no caben dudas de que las personas vulnerables de Santiago han perdido la credibilidad en el sistema democrático chileno, ya que luego de investigar por seis años sus percepciones, en torno a un 60% de ellas siente que su opinión es tomada en cuenta en baja o muy baja medida por sus autoridades comunales y por las autoridades del gobierno, resultado que se reitera, año tras año, también en términos de qué tan representados se sienten por estas autoridades".

Además, agrega que "la crisis de representación que la gente pobre percibe es mayor aún en el caso de sus Senadores, Diputados y Concejales, donde 3 de cada 4 personas se siente representada en baja medida por Éstos, resultado que persiste desde el año 2003".

Dentro de este escenario negativo, Marcelo Yáñez destaca que aún así "más del 50% de las personas vulnerables considera que los partidos políticos son necesarios para el país, no obstante, 48,3% cree que Éstos no representan sus intereses. En este sentido, un aspecto positivo, es que  desde el año 2006 a la fecha, aumenta 21,2 puntos porcentuales la proporción de personas que aseguran que los partidos representan sus intereses, llegando a 37,4% el último año".

Frente a esta crisis de representación, el investigador insistió en la necesidad de que "los actores políticos desarrollen nuevas formas de relación con la ciudadanía a fin de que puedan recuperar su credibilidad y confianza, requisito indispensable para mantener un sistema democrático realmente representativo, más aún en un contexto de voluntariedad en la asistencia a votar en las elecciones, ya que tal como lo muestra el estudio, de darse este escenario deseado por más del 76% de los encuestados, sólo 55,4% asegura que acudiría a votar en todas las elecciones".

Otros estudios de la UCSH publicados en www.g80.cl

* PERSONAS POBRES DE SANTIAGO REPRUEBAN LA CALIDAD DE LA JUSTICIA EN CHILE
*
PERSONAS POBRES DE SANTIAGO NUEVAMENTE REPRUEBAN TRANSANTIAGO
*
63,8% DE LAS PERSONAS POBRES DE SANTIAGO CONSIDERA 'MALA' Ó 'MUY MALA' LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN DE SALUD
* POLÍTICOS NO REPRESENTAN A POBLACIÓN POBRE
*
MALA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN ENTRE LOS POBRES
* LOS POBRES DESCONOCEN SUS DERECHOS
*
PESE AL AUGE, LOS POBRES SIGUEN INSATISFECHOS CON LA ATENCIÓN EN SALUD
*
POBRES DE SANTIAGO PONEN MALA NOTA AL MEDIO AMBIENTE
*
LOS POBRES ESTÁN INSATISFECHOS CON LA DEMOCRACIA


Comunicaciones G80

sábado, 28 de marzo de 2009

Proposiciones para la construcción de partidos comunales Proposición II.

    

            Una Alternativa de participación.

Por Alfredo Cerpa.

http://desdelacomuna.blogspot.com

    

    El poder político y administrativo comunal debe nacer y ser ejercido por sus habitantes, por sus organizaciones sociales vivas y líderes naturales.

     Cualquier persona no inserta en partidos políticos podría considerar la propuesta anterior lógica y de sentido común desde el ángulo de la democracia, su forma práctica de representatividad y efectividad, que lo es, sin embargo sus implicancias practicas afecta de una manera radical tanto el restringido sistema democrático representativo actual como el status quo de partidos, siendo esto dos elementos los que hace el camino difícil de llegar a un sistema democrático más participativo como el propuesto en el primer párrafo en un espacio local.

    Los partidos, tanto los que gozan de las bonanzas del sistema binominal como aquellos que quedan fuera, son en una definición estricta partidos representativos o corrientes de opinión más que partidos de masas como a los que estuvo acostumbrada la sociedad chilena hasta 1973. No cuentan con gran cantidad de militancia como tampoco influencia en la sociedad. Son organizaciones conformadas y controladas por elites políticas. Elites que dominan estructuras partidarias mediante restricciones democráticas internas y promesas de puestos burocráticos. Solo basta mirar las estadísticas en tiempos de elección para darnos cuenta que su influencia en la sociedad varía desde el 4 o 5 % hasta el mayoritario 20 o 21% no de militancia sino de votos. Votos que se dan dentro de una variedad de condiciones y factores ajenos a los apoyos intrínsecos de los partidos mismos, como por ejemplo, voto de castigo, mal menor, o presiones paternalistas, que indica que no son votos duros o de adherencia a sus estructuras, plataformas o programas y en caída progresiva de elección en elección. (Ver 19 años del retorno a la democracia, publicado por G-80. http://www.generacion80.cl)

    Es en estas condiciones que el sistema democrático representativo se desarrolla. En una abismal separación entre pueblo y organización política. Dos entes separados por la desconfianza mutua, donde uno toma todo el poder para sí y al otro solo cabe delegar en quien no confía ni tiene relación. En esta situación la ciudadanía se ve obligada, de acuerdo a las limitadas opciones organizativas, a delegar, entregar su poder a cierta cantidad de representantes que lo solicitan pero que no tienen ninguna clase de control ni legal ni organizativo sobre ellos y sus partidos. Los elegidos a su vez, no sienten ni tienen ninguna ligazón a este de otra manera que no sea la paternalista y la mal llamada vocación social. Si democracia es el gobierno del pueblo en esta fórmula, en esta relación, claramente no se da.

    El sistema de primarias, tan popular, usadas y manoseadas a raíz de las elecciones presidenciales, nunca hubiesen sido posible en Chile en una situación donde los partidos fuesen masivos de claros principios y con arraigo popular, porque este sistema trata en lo fundamental, de reemplazar la falta de bases y arraigo social mediante este inteligente mecanismo que les quita la necesidad de un trabajo político de base y de acumulación de fuerzas. Las primarias como nueva importación no es otra cosa que una baraja donde los dueños de las estructuras partidarias son los distribuidores y manipuladores de las cartas, las cuales son presentadas una y otra vez para pedirle a un pueblo sin más alternativa a que les entregue su poder a cambio de una ilusoria participación en la elaboración de plataformas. Tanto es el vacio organizacional, es tanto el desfase entre ciudadanía y representantes y es tanto el rédito político que les ha entregado esta fórmula que algunos ya plantean llevarlas a cabo a nivel comunal.

    La lucha demencial por primarias o no primarias a la cual hoy somos espectadores en la izquierda se da en el mismo contexto. Partidos y organizaciones sin influencia ni arraigo popular quieren y se pelean por hacer uso de un mecanismo de cuestionada legitimidad democrática, que permite a pequeños grupos con ideas generales escogidas y basadas en estrategias de marketing ser actores por un momento sin necesidad de llevar adelante un trabajo lento, doloroso, reflexivo y de largo alcance en el seno de la ciudadanía. Las primarias no son un instrumento democrático para el pueblo. No lo es ni siquiera con la legitimización de este concepto por la izquierda. No lo es porque no tiene mecanismo de control ni rendición de cuentas que no los diferencia de las otras fuerzas a las cuales quieren ser alternativa. Y, no lo es porque los candidatos siguen siendo propuestos por estructuras alejadas de los ciudadanos. Las primarias que solo pueden existir dentro de un vacio organizacional permite el surgimiento de caudillos populistas y otros llamados dirigentes de opinión. Las primarias son una consulta que se nos hace por un día cada cuatro años sobre propuestas de cosas que no están dispuestas hacer, por gente desconocida o que conocemos demasiado bien, pero que no tenemos poder para cambiarlas. La lucha democrática en su principio en su medio y en su fin es una lucha por el poder. Poder que no tienen las mayorías lo tiene la minoría y las primarias con su engaño de participación democrática legaliza o avala un sistema democrático restringido a favor de la minoría en nuestro país. Las primarias como engaño democrático de participación hacen difícil el camino a una democracia más amplia y verdaderamente participativa.

    Pero si las restricciones democráticas, vacio organizacional y engaño hacen difícil el camino propuesto para que el pueblo desde su base social levante alternativas amplias y democráticas de participación en los procesos políticos locales, regionales y nacionales, esta misma situación, esta falta de representatividad de la ciudadanía, lo hace posible necesario y alcanzable. Es un camino difícil, pero es un camino necesario. La ciudadanía nunca hace lo fácil, de lo fácil está cansada y lo fácil nunca trae recompensa. Pero si hoy es difícil, para nada se compara con a principios del siglo pasado o tan solo a cincuenta o cuarenta años atrás. En aquellos tiempos hubiese sido impensable y quizás innecesario proponer empoderar las organizaciones sociales en la autogestión política y administrativa de sus propias comunas. Impensable porque no hubiese encontrado el eco necesario para desarrollarse en la población, que confiaba y era parte de poderosas organizaciones políticas tan diferentes a las de hoy. Diferentes como difícil de recrear. Este planteamiento hubiese chocado de manera frontal con estas prestigiosas, poderosas y bien preparadas organizaciones políticas que daban respuesta a los enfrentamientos de clase más directos y con diferentes ideas sobre la organización social necesaria para luchar por los intereses de las mayorías postergadas, que lo harían improbable.

Impensable también porque el monopolio de la información, el conocimiento de las técnicas, se encontraba en manos de los que ostentaban y ostentan el poder político-económico y, en los intelectuales burgueses o pequeños burgueses que se unían y participaban en organizaciones y partidos políticos de la izquierda que luchaban por educar y empoderar al proletariado y su aliado el campesinado.

    El trabajo fundamental al cual se dedicaban las de entonces poderosas organizaciones políticas de izquierda aparte de organizar, defender y luchar por los derechos y necesidades del proletariado y demás desposeídos, fue elevar mediante la educación teórica y acciones práctica, el nivel de conciencia necesario que ayude a la clase proletaria dar el salto de "clase en sí" (clase que se encuentra en un estado inconsciente de su explotación y de su lugar en la sociedad) a, "clase para sí" (clase consciente de su explotación y lugar en la sociedad), condición indispensable para llevar adelante la revolución socialista e implantar el estado obrero al que nos convocaban.

    En este accionar de educadores que por décadas llevaron adelante estas organizaciones y partidos, fueron desarrollando una actitud aparato-paternalista con el movimiento obrero y las organizaciones sociales y populares que solo jugaban un papel de apoyo al partido sin poder ejercer independencia alguna. Mientras más crecían los partidos más se incentivaban en desarrollar y comprobar las idea y teorías sobre el partido de vanguardia de los explotados de la sociedad y, se fue acentuando la idea de infalibles en ellas, quitándoles la necesidad de autocritica, algo tan importante para desarrollarse. La falta de critica a su accionar teórico practico las ha llevado en los últimos 20 años al inalterable hasta hoy, estancamiento teórico-organizativo e intelectual reduciéndolas a pequeños grupos de militante sin arraigo popular.

    Evidentemente, hoy no son poderosas organizaciones ni son representativas de las aspiraciones de la sociedad toda. No lo son porque hoy en pleno siglo 21, ninguna de esas premisas se da o son necesarias para avanzar en la idea de una sociedad más justa e igualitaria.

    El desarrollo de la tecnología informática que permite el traspaso de información libre y rápida, crea una situación de igualdad entre el individuo, las organizaciones y su dirigencia que cuestiona la idea de los partidos vanguardias depositarios del conocimiento.

    Los cambios producido por el desarrollo de las técnicas de producción y de las comunicaciones que han acercado el mundo hasta empequeñecerlo, ha impactado a las sociedades en los últimos veinticinco años de manera rápida y sorprendente, cambiando o alterando de manera brutal las relaciones humanas la cultura y los hábitos.

La revolución tecnológica e informática que ha recorrido el mundo en los últimos 25 años entregando acceso a la información de manera instantánea sobre todos los campos imaginables de la actividad humana, ha creado de paso una revolución cultural que ha cambiado de manera profunda y de alcances aun insospechados, las maneras y modos de relacionarnos entre los seres humanos. Esto ha venido a cambiar las relaciones de manera permanente y de forma igualitaria entre individuos, de los individuos con respecto a las organizaciones e instituciones y de organización a organización. Con lo anterior no me refiero al dominio de la televisión ni los medios escritos en manos de poderosos conglomerados económicos que han usados estos medios como instrumento de idiotización sino a los medios alternativos y el internet como fuente investigativa.

    Hoy de manera instantánea podemos obtener información y educarnos sobre cualquier tema, sobre cualquier proceso, sobre cualquier pensador, que pone al individuo y las organizaciones en condiciones de igualdad entre ellos.

    La nueva tecnología informática nos ha entregado una capacidad extraordinaria de investigación y una capacidad increíble de crear vínculos con organizaciones e individuos a través del mundo sobre diferentes puntos de interés, permitiendo con esto, un crecimiento teórico-intelectual inmenso y profundo a individuos y organizaciones.

    Esto les permite a las organizaciones sociales y populares estar, o poder estar, en condiciones desde el punto del conocimiento teórico intelectual y de las técnicas, administrar sus propias comunas a través de sus propias organizaciones mediante la coordinación entre ellas, que permita a todas juntas dar un salto de solo la actividad social a la política social, creando ellas mismas su instrumento político, que les permita participar de manera democrática por el poder ejecutivo en sus comunas. Vale decir para usar una terminología marxista, las organizaciones sociales hoy, son organizaciones sociales para sí y, ya nunca más organizaciones en sí.

    Esta es la razón fundamental que ha hecho difícil a los partidos desarrollar una relación con el movimiento social y popular como con los organismos sindicales y estudiantiles en los últimos veinte años. El no revisar los conceptos de vanguardia y depositarios del conocimiento, ni las maneras y formas de llevar adelante las relaciones con organización social, los mantiene alejados de los ciudadanos que quieren representar. Esta misma situación les crea problemas para intentar unidad entre ellos de otra manera que no sea utilitario a intereses propios. Si cada una de ellas se siente "la vanguardia" o verdaderos representantes, imposible resulta entonces, crear algún tipo de unidad que pueda tener permanencia en el tiempo pues constantemente se anulan unos a otros.

    La apatía y desilusión con que se acusa al movimiento social y popular, es algo que tiene que ver desde el punto de la apatía, particularmente con la izquierda y con la desilusión particularmente con la Concertación.

    La apatía o escepticismo que siente la sociedad chilena frente a los partidos extraparlamentarios y sus propuestas, nace de la inhabilidad de los partidos para proponer formas organizativas que se ajuste al nivel de conocimiento y la necesidad de autonomía en la ciudadanía más avanzada de la población chilena. Mientras que la desilusión, por otra parte, se manifiesta porque la Concertación ha sido incapaz de llevar adelante su propio programa de crear las bases para una nueva constitución política que abriera paso a una verdadera democracia, y cambiar la política económica neo-liberal que implanto la dictadura. Puesto así, la apatía y la desilusión son solo manifestaciones de una crisis de credibilidad en los partidos de la izquierda y su incapacidad de adaptación a los nuevos tiempos, por una parte, y a la incapacidad de la Concertación de mantenerse verdaderos a sus propias definiciones y programas por otra.

    La apatía y desilusión es un fenómeno relativo a la falta de organizaciones creíbles y confiables no achacables a las organizaciones sociales de base, porque cuando estas han encontrado imprescindible movilizarse lo han hecho y dado su lucha. La movilización de los estudiantes, los trabajadores del cobre, movilización de las organizaciones sociales cuando el transantiago y un gran número de luchas que se dan y están dando, como la defensa de gran avenida y la lucha de la ciudadanía en Vitacura. Todas ellas han sido basadas en necesidades reales y en independencia con respecto a los partidos nacionales.

    Es todo lo anterior lo que hace insostenible que por más de 35 años en todas las comunas del país, las autoridades locales que administran las comunas hayan sido señaladas a dedo sin ninguna participación directa de los habitantes de las comunas. Esta forma de representatividad comenzó con la dictadura pero no cambio con la limitada democracia, en tanto hoy, son los partidos políticos de izquierda a derecha quienes apuntan a dedo y a espaldas de la población, desde los comités centrales y comisiones políticas, los candidatos que representaran las comunas. Aun cuando ni siquiera habitan las comunas y no conocen sus necesidades de desarrollo ni sus problemas. Lo mismo ocurre a nivel legislativo donde de la misma forma son repartidas las senadurías y puestos a diputados. Todo esto dentro de un gran vacío democrático en el seno de sus propias organizaciones partidarias y sin ninguna o escasa representatividad en las comunas o región.

Este tipo de representatividad ha fallado a las comunas y las regiones en sus anhelos de democracia, desarrollo y progreso en sus múltiples necesidades. Ha creado y desarrollado un estado de corrupción y clientelismo.

    La participación de las organizaciones sociales de la comuna queda relegada al voto, pero sin ningún tipo de injerencia en los procesos de selección de candidatos. Esto ocurre cuando ni los partidos nacionales tienen una visión social de lo que debería ser el país, para no mencionar lo local. En ausencia de ideas y propuestas los habitantes de la comuna son llamados a votar por slogans cada vez más ridículos, que de no cambiar esta situación, las comunas seguirán siendo espectadores en este juego de poder, negocio y corrupción, mientras su propio futuro les pasa por el lado.

El poder comunal debe estar en manos de los interesados en el desarrollo de la comuna, esto es, sus habitantes. Nadie más que ellos mismos pueden desarrollar su comuna, llenarla de valores y principios integradores. Nadie más que ellos puede estar interesado en la seguridad, educación y salud de sus niños, padres y abuelos. Nadie más que ellos mismos está interesado en desarrollo económico, cultural, deportivo y social para su comuna. Nadie más que ellos pueden llevar la lucha por sus reivindicaciones sin renunciar nunca a sus intereses ni traficarlo en un juego político.

La comuna de Vitacura y su lucha reciente demuestra la capacidad de los ciudadanos para movilizarse por intereses propios, organizarse y luchar por ellos. Si bien Vitacura no es representativa de la mayoría de las comunas del país, de igual forma demuestra la capacidad de unidad, organización y lucha inherentes a todas las comunas.

Demuestra que la unidad es algo que se construye primero y antes que nada en función de intereses colectivos necesarios sentidos y relevantes a la ciudadanía. Demuestra que una vez identificados estos intereses se precisa de organización, pero trata de una organización trasversal no definida por ideologías ni políticas particulares, sino y solo definida por los intereses colectivos necesarios para poder determinar ellos mismos, en unidad intransable y perdurable, un desenlace positivo a su causa. Demuestra que esta férrea unidad basada en intereses comunes, les permite luchar y educarse ante el poder político que se les opone con cada traba y subterfugio para evitarles llegar a satisfacer sus intereses comunes. Demuestra que una vez llegado a este punto del enfrentamiento, la organización comunal basada en sus intereses y su unidad, es capaz de enfrentarse aun aquellos que los representan política o ideológicamente y por los cuales votaron, dejando en claro los intereses de cada uno y el lugar que cada cual ocupa. Pero Vitacura deja una lección aun más importante. Enseña que la sola unidad por intereses sentidos y necesarios no basta o es suficiente, que la organización y movilización no basta, porque de no operarse un cambio mayor en ellas nuevamente se verán enfrentadas, quizás por otras causas e intereses comunales al mismo poder político que ya derrotaron una vez. Esto nos invita a concluir por lo tanto, que las organizaciones sociales de bases deben dar un salto político y organizarse en un ente superior coordinador, sin que ello signifique, para las organizaciones sociales, cambiar o entregar su independencia y los puntos o plataformas que las llevo a organizarse, para de esta forma luchar democráticamente por el poder local y dirigir la comuna por ellas mismas

Las organizaciones sociales de las comunas están maduras o pueden llegar a estar maduras para tomar el control político de sus comunas. Están a la altura del conocimiento necesario para crear por ellas mismas sus propios instrumentos políticos, el partido comunal, basado en las organizaciones sociales comunales y líderes naturales y populares y mantenerse independientes de partidos nacionales. Las organizaciones sociales en sus inmensas gamas de intereses son y representan las comunas en toda su extensión en toda su trasversavilidad social y necesidades creando tan solo con su existencia un programa comunal representativo a todos. En nuestras comunas cada uno de nosotros es representado, en algún momento de nuestros diferentes estadios de existencia, por alguna organización social ya seamos partes de ellas o no. Nos representan porque cuando un club deportivo se enfrenta a la municipalidad exigiendo un plan de desarrollo deportivo para la comuna, por el mejoramiento o la creación de espacios de prácticas deportivas, lo hace, aun si no es su intención, por todos los niños, jóvenes y adultos de la comuna. De la misma manera lo hacen toda la gama de organizaciones sociales existentes en nuestras comunas.

La creación de partidos comunales no es solo una nueva forma organizativa ni solo trata de una nueva forma de hacer política ni de un salto político organizativo para las organizaciones sociales comunales. Tiene alcances mayores, es la lucha real por la ampliación de la democracia que le permita al pueblo a través de sus organizaciones sociales representativas comenzar el camino propio de buscar una sociedad más acogedora e igualitaria de manera práctica y consientes de sus significados. Significa unidad desde la base basada en intereses transversales y significa solidaridad y cooperación con todas las otras comunas de la región para desarrollar una federación de comunas, que les permita coordinación y participar de los procesos regionales, elegir por ellos mismos diputados y senadores, consejeros regionales, pensando a su vez unir regiones e ir pensando un Chile diferente, democrático diversificado e igualitario económica y socialmente. Permite de manera democrática cambiar las viejas y estropeadas dirigencias actuales, por nuevos actores en todos los campos de la actividad política, local regional y nacional, surgidos de la base misma y controlados por ella. Todo posible desde la unidad de intereses por la base, posible solo si la ciudadanía se trasforman en actores y dejan de ser espectadores, para no delegar ya nunca más su inmenso poder.


 


 

miércoles, 4 de marzo de 2009

Alfredo Cerpa

Proposiciones para la construcción de partidos comunales.


 

Proposición. I.-

Por los cambios y la participación desde la base social.


 

Si ecología en su definición simple significa: consecuencias de largos alcances; así también, capitalismo neoliberal que rige la humanidad, definido de manera simple, solo significa: ausencia de control.

Esta ausencia de control ha producido terribles consecuencia de largo alcance en nuestro hogar global. Consecuencias medio ambientales, económicas y sociales.

En el transcurso de los dos últimos siglos la humanidad mediante el desarrollo capitalista ha llegado a un punto de riesgo extremo a su propia sobrevivencia en el planeta.

Esta eventualidad, aun en un estado de reluctancia, obliga al hombre examinarse, a mirar el mundo y el sistema adoptado de modo diferente. Porque la crisis ambiental disputa de manera violenta nuestra sabiduría y función en el planeta. La disputa no solo desde el punto de vista económico de la producción y nuestros hábitos de consumo, sino también desde un punto de vista filosófico, que inculpa nuestras costumbres y la manera de ver nuestra especie en el papel de relación y trato con el resto de las especies vivas del planeta.

La crisis ecológica creada por la actividad del hombre en la tierra. Las crisis permanentes del sistema capitalista como la actual recesión económica mundial, nacida de la codicia y corrupción del sistema financiero mundial. Nos debería exhortar a buscar opciones de sociedad y sistemas productivos superiores al capitalismo. No solo en referencia a las cuestiones democráticas, sociales, productivas y distributivas, sino también en referencia al punto de vista ecológico. Por el significado e impacto que puedan tener las diferentes opciones de sistemas sociales y económicos que las sociedades vayan optando, para el resto de las especies vivientes en el planeta y nuestras vidas.

Definir un sistema de sociedad superior al capitalismo aceptado por las mayorías, cobra hoy extraordinaria importancia y urgencia para la humanidad, pues de esto depende nuestra permanencia en el hogar global. En esta búsqueda de superación del sistema capitalista es indispensable tener en cuenta la ecología: las consecuencias de largo alcance.

     En nuestro país, a pesar que nadie niega de manera seria la crisis ecológica en que nos encontramos, durante el siglo 20 y en pleno desarrollo de la crisis ambiental, el sistema económico social dominante inserto en los conceptos globalizadores de la economía, ha logrado desarrollar mediante el crédito fácil la sociedad de mercado, convirtiendo la sociedad, sus ciudadanos en masa de consumidores despojándoles sus valores, cultura y humanidad, aislándolo en su relación social y de su relación con la naturaleza.

Entrados en el siglo 21, se profundiza en la visión de ver al hombre y las sociedades como algo alejado sin relación con la naturaleza que sostiene la vida. Han logrado, basados en una constitución política dictatorial, que la política, la democracia y todas las formas de relaciones humanas sean vistas desde el punto de vista del mercado, como productos de variadas calidades y como tales, dependientes de la oferta y la demanda. De esta forma y por tal camino, el sistema ha logrado alejar a la mayoría de los ciudadanos a lugares apartados fuera de la política y las decisiones, quedando solo una elite, sin contrapeso alguno, a cargo de la dirección político económica del país y del problema medio ambiental. Problema que no es posible solucionar desde un punto de vista capitalista, puesto que es el que la crea.

El Estado actuando en consecuencia con su visión de mercado se ha retirado prácticamente del todo de la actividad económica y de la regulación de la misma, entregando este mecanismo a las empresas las cuales obviamente no están interesadas en ejercer tal control. Ni menos reprimirse en la búsqueda de crecimiento y ganancias. Mediante privatizaciones el estado ha entregado control a manos privadas aun aquellos elementos vitales para la vida humana y los ecosistemas, como es el agua y los bosques.

El capitalismo como sistema irracional en su incesante busca de mayor crecimiento y ganancia, basados en su propia ley de crecer o morir, ha perpetrado la depresión del eco-sistema rompiendo los balances del planeta. Ha contaminado las aguas dulces a través de todo el planeta produciendo escases de la misma y creando condiciones para nuevas guerras entre las naciones. Con la misma irresponsabilidad contamina el agua de los océanos y extingue al mismo tiempo, mediante la sobre-explotación buena parte de la vida en ellos, así mismo destruye los bosques, aun aquellos llamados pulmones del planeta.

Solo un sistema racional que respete los ecosistemas y los tiempos de la tierra, capaz de administrar de manera igualmente racional e igualitaria los recursos finitos del planeta, puede ser una salida a la crisis.

    Los grupos y las organizaciones medio-ambientales que luchan por educar la población y mediante acciones frenar la catástrofe medio ambiental en ciernes, no pueden realizar sus objetivos si estos no cuentan con medidas anti-sistema y se busca conscientemente la superación del mismo a través de la organización política. Empujar los gobiernos a las medias medidas aplicadas en un 5%, no podrá frenar la crisis y menos que menos revertirla. Así, el movimiento medio ambiental para ser verdaderos a sus objetivos de preocupación por el planeta y de todas las diversas vidas que lo comparten, no puede mantenerse al margen de la lucha social por una mejor sociedad que permita coexistencia con todas las formas de vida.

    En pleno siglo 21, en momentos que el hombre con su capacidad creativa ha alcanzado niveles tecnológicos sorprendentes. La capacidad de corregir el pasado y avanzar un futuro se ve disminuida cada vez que se piensa alejar el peligro con los mismos líderes, métodos y prácticas socio-económicas que hicieron posible la crisis ambiental. Así, los llamados y propuestas frente al peligro que hace la comunidad científica internacional, caen en oídos sordos o son tomados como costosas quejas que harán daño a la economía por lo tanto impensable como soluciones frente al peligro.

Por otra parte, las fuerzas que históricamente se han opuesto al sistema capitalista se encuentran en una crisis propositiva y organizativa tal, que las ha mostrado atrasadas e inoperantes frente al sistema y el problema que enfrentamos. Esto en total contraste con el sistema imperante que ha ocasionado la catástrofe ecológica, y al día de hoy, sumido en depresión económica a toda la humanidad.

El sistema capitalista a través de la historia ha tenido la capacidad de transformarse sin nunca cambiar su objetivo de ganancia y crecimiento a como dé lugar. Este afán de crecimiento ilimitado es lo que ha llevado a la humanidad al enfrentamiento con la naturaleza y sus recursos finitos.

El capitalismo que conduce a la humanidad a su crisis ultima, nunca permanece mucho tiempo en una misma forma, está constantemente transformándose y trasformando las instituciones, la sociedad y su cultura basado siempre en el mismo principio. Pensar que el capitalismo puede desaparecer por la profundidad de la crisis actual, no tiene base de sustentación, pues este bien puede mutar, recrearse bajo nuevas condiciones, sin por eso cambiar sus objetivos de avaricia y explotación de la sociedad y el planeta que exacerbaría aun más los niveles de desigualdad y la crisis ambiental.

Frente a esta movilidad y dinamismo del sistema capitalista, las fuerzas históricas organizadas que se oponen al sistema parecen estar estáticas en ideas, organización y formas de confrontación y superación al sistema dominante.

En esta situación de desorganización e inmovilismo, de incapacidad política de las direcciones históricas de las mayorías marginadas política y económicamente es que, enfrentamos una crisis ambiental y económica global de grandes y peligrosas proporciones para la humanidad.

En una situación como la descrita, la salida a la doble crisis se presenta como una tarea de la humanidad en su conjunto, de cada país, de cada región, de cada comunidad, de cada individuo en interacción y cooperación en sus diferentes niveles o desniveles de todas las partes.

En medio de esta desorganización y confusión política reinante, algo se presenta con meridiana certeza, es que para avanzar en las salidas y soluciones se debe comenzar en las bases sociales en lo local, en las comunidades. Porque también existe claridad en que las soluciones no pueden ser dejadas en manos de las elites políticas actuales que crearon o han sido parte de la catástrofe ecológica social y económica que hoy se enfrenta. Como tampoco pueden ser dejadas en compas de espera, en manos de organizaciones paralizadas en ideas y propuestas, otras que no sean de beneficio propio, sin respuestas al capitalismo neo-liberal.

La urgencia y necesidad es extrema si consideramos que la crisis económica aumentara los niveles de pobreza y desigualdad. Urgente también, si escogemos seguir ocupando un lugar en la naturaleza y no desaparecer como especie o degradar como sociedad a destinos inciertos.

La solución global real y permanente al sistema capitalista y la crisis económica- ambiental no podrá ser local o regional o de soluciones individuales de los países. No desde un punto de vista político, tampoco del ecológico.

No obstante lo anterior, debemos comenzar y organizar hoy, en los lugares donde mayores ventajas se presentan. Las comunidades locales mismas, porque estas reúnen en un pequeño territorio todas las actividades productivas de la sociedad y donde aun se pueden encontrar relaciones sociales de contacto humano en contradicción al individualismo de la sociedad en general.

Avanzar hoy, en la búsqueda de una nueva visión, una nueva filosofía de la vida, de nuevas relaciones sociales y económicas, de nuevas formas de organización social, en fin, encontrar un nuevo sistema justo para la humanidad y la naturaleza.

Las soluciones que busca y propone la comunidad científica internacional a la crisis ecológica como su puesta en prácticas debe envolver cada país, cada región, cada comuna, cada ser humano. Por lo mismo se debe ser competente en crear organizaciones sociales con profunda visión ecológica que puedan ser capaces de poner en prácticas las soluciones. Capaces de encontrar y construir una sociedad racional libre y materialmente abundante a su vez bondadosa y respetuosa de la naturaleza.

De lo local es posible avanzar a lo regional y nacional. No solo es posible, es necesario que la ciudadanía de nuestro país comience su reorganización desde la misma base, para que traiga su peculiaridad, sus necesidades, su organización, su experiencia, sus ideas y visiones de sociedad, para que de esta manera los cambios sean verdaderos, perdurables, no vendibles. Debemos aceptar como cruda realidad, que para bien o para mal, los ciudadanos de los países no confían en las direcciones políticas de sus países, ni en los que están en el poder, ni en los que esperan en la antesala.

Hoy, producto de la crisis económica mundial. Por las formas y caminos innegables y abiertos de codicia y descontrol en que se genero, allá en los grandes centros de poder; la ciudadanía a perdido confianza en el sistema y comienza a cuestionarlo abiertamente, pero no nos olvida ni perdona a las organizaciones y partidos que se adscribieron a los socialismos reales. Esto no permite, que las organizaciones algo remozadas puedan sacar provecho de tal situación.

    Sin embargo, la capacidad humana es extraordinaria y debe ser encausada hacia un tipo de sociedad racional, de sentido común. Debemos recobrar nuestra capacidad de incidir en los destinos de nuestra sociedad. No permitir más que nos alejen y aparten de las tomas de decisiones. Recobrar nuestra identidad como ciudadanos y no ser solo tomados como consumidores que nos da esa connotación de cosa y no de seres humanos, esto, como primer paso para recobrar nuestras comunidades y nuestra cultura. Recobrar nuestros barrios, recobrar el saludo con nuestros vecinos, recobrar nuestros intereses transversales. Recobrar la espiritualidad que da la relación con la naturaleza al sentirse parte de ella.

En la situación actual, sabemos que los cambios profundos y sistemáticos que se necesitan no vendrán, ni saldrán de una reunión de altos dirigentes de los gobiernos, al menos que sean empujados por las sociedades. No vendrán ni pueden salir de novedosas estructuras y superestructuras partidarias que está de moda crear y recrear por organizaciones paralizadas, solo recreando viejos modelos.

Los cambios nunca han llegado de las superestructuras. Las súper estructuras pueden ser presionadas hacia el cambio pero no son producidos por ellas. Además, siempre buscaran dosificar las medidas necesarias a las cuales han sido forzadas tomar. Las súper estructuras son siempre conservadoras, los cambios cuestionan su accionar y no están dispuestas a reconocer errores, aunque el cielo se esté cayendo.

En nuestro país, hemos asistido en los últimos 5 años a la formación de varios referentes políticos, También hemos asistido a intentos de crear nuevos conglomerados de partidos. Todos conformados en momentos eleccionarios que invariablemente terminan rotos y fraccionados después de las elecciones.

Estas estructuras partidarias que intentan totalizar, generalizar o reducir la sociedad a unos cuantos puntos, no solo han fracasado en los últimos cinco años, más bien se trata de un fracaso histórico que data más de cien años. Por más de cien años estas estructuras partidarias han fracasado en liderar los países hacia nuevas sociedades, más libres, democráticas e igualitarias y, no existe lugar alguno en la tierra donde se pueda exhibir un éxito que conjugue el punto democrático real y el cambio profundo de sociedad.

Ante esta realidad que cuestiona los partidos actuales con antiguos conceptos organizacionales y el lugar que le corresponde a la ciudadanía y sus organizaciones en ellas. Plantea que los cambios y las organizaciones nuevas, necesariamente tendrán que venir desde las bases sociales, desde el individuo, del individuo a su comunidad, de la comunidad a la comuna, de la comuna a la región, de la región al país. Especialmente cuando las súper estructuras creadas y las organizaciones existentes, han sido incapaces en más de veinte años de levantar una alternativa creíble y confiable o, llevar adelante los cambios democráticos necesarios, como primer paso fundamental, para que la sociedad en su conjunto se integre con su participación a la búsqueda de soluciones mediante su accionar creativo y práctico, para enfrentar la doble tarea: Reparar los daños a los ecosistemas críticos y encontrar una nueva forma de organización social y sistema económico.

Esa es la tarea a la cual se enfrenta la humanidad toda, por ende la sociedad chilena. Pensar y desarrollar una sociedad más justa, democrática y racional desde un punto ecológico, que armonice al hombre y la naturaleza comenzando a construirla desde las bases sociales. Creando por ellos mismos y para ellos mismos, nuevas formas organizativas, nuevas formas de llevar adelante la política y de relacionarnos. Ya nunca más dejar que solo las elites políticas desde las alturas disten a la mayoría los caminos más justos de sociedad, porque el trabajo realizado por ellos hasta ahora, solo ha traído más desigualdad y menos democracia.

Los llamados de las diferentes organizaciones a levantar una alternativa progresista desde un escenario nacional no han encontrado eco en la población. No lo encuentran, porque se encuentran demasiado alejadas y a demasiada altura, sin entender los cambios sufridos por la humanidad en los últimos veinticinco años, especialmente en el campo del conocimiento e información que, han cambiado la cultura del individuo y la sociedad. Sociedad que al día de hoy necesita e insiste en formas libres de participación y representación orgánica política.

Pequeños partidos y organizaciones aun aquellas con mucha historia, desde el estrado nacional, no han podido ni pueden totalizar de manera general las aspiraciones del conjunto con simples llamados o plataformas generales que la población no les cree, además que no interpretan a una sociedad que se ha vuelto más heterogénea y compleja que en el pasado.

Por esto, la tarea organizativa necesaria para llevar adelante cambios urgentes en todos los campos y que envuelvan la sociedad toda, se hará más fácil y realizable si la pensamos dentro de espacios más pequeños que el escenario nacional todo, la comuna por ejemplo. Las comunas todas, son el escenario nacional en toda su diversidad. Las comunas son un espacio cercano e ideal para comenzar la ampliación de la democracia e iniciar las tareas de recobrar nuestra identidad como seres humanos, luchar por nuestras necesidades concretas y crear espacios políticos necesarios para desarrollarnos y desarrollar tareas de coordinación y solidaridad entre ellas.

La comuna es concreta y no abstracta como el concepto país. País suena lejos. Cuando un presidente se dirige al país, cuando nos dice que chile avanza y se desarrolla, sabemos a quién les habla, no a la mayoría excluida política y económicamente sino, a la minoría económica que rige el país. Porque miramos nuestros barrios, nuestras casas, nos vemos estancado como si el tiempo nunca pasase y el único desarrollo se ve en el aumento del endeudamiento para poder vivir. Pero en los barrios pudientes, no se podría estar más de acuerdo. Los barrios y las casas bien se pueden confundir con las de un país desarrollado. Y es que Chile trata de un país de contrastes sociales, fragmentado y desigual.

Las comunas por otra parte, son reales, son únicas y conectadas entre ella. Abrimos la puerta de calle y estamos en la comuna, no tenemos que pensarla. Es el único lugar dentro del concepto país, donde no existen jerarquías ni título otro que no sea el de ser "vecino". Es el lugar donde el obrero, el estudiante y todo trabajador en sus diferentes áreas puede descansar de las estructuras jerárquicas de las empresas y deja de ser trabajador o estudiante, para convertirse en vecino/a en igualdad a todo el resto. La comuna es reveladora y no miente sobre nuestra igual condición social, donde el arribismo y clasismo social se disuelven en el sin sentido. La comuna es el lugar donde aflora de manera concreta nuestros sentimientos solidarios y de cooperación ante las tragedias personales y colectivas. Las sentimos como nuestras. La comuna es el lugar donde no nos podemos ocultar y debemos ser nosotros mismos ya sin mascaras, donde nuestros nombres y apellidos significan algo al resto de los vecinos y comunidad, donde somos personas y no solo consumidores, donde somos alguien. La comuna es la unidad más pequeña del país estado. En realidad es un pequeño estado compuesto por vecinos que buscan desarrollo socio-económico y trabajar en las soluciones a los impactos medio-ambientales que lo agreden día a día. La comuna, con sus particulares características dentro del estado país, se presenta como el lugar más apropiado para comenzar el trabajo reorganizador y trasformador del individuo y la sociedad. El hombre nuevo y la sociedad igualitaria amiga de la tierra que nos da la vida.

Esto en si plantea una doble lucha. La lucha por la democratización del estado chileno. Descentralizarlo de manera que las fuerzas vivas de la sociedad puedan organizadas y libremente participar en los designios de su destino y, en igual tiempo y espacio, comenzar la construcción de partidos comunales a partir de las organizaciones sociales comunales, en total independencia y autonomía de los partidos nacionales, de manera que permita dar paso a la coordinación de los diferentes partidos comunales de la región.