martes, 22 de abril de 2008

EL ESTADO DE LA POLITICA NACIONAL: Ausencia de representatividad.


Desde la concertación, seguido se acusa a los que intentamos con limitaciones analizar la situación del país, sacar conclusiones y hacer propuestas, de negativos y pesimistas. O, de por lo menos, de hacerle el juego a la derecha.

Hemos dicho que las mayorías excluidas tanto en lo económico como político no tienen representatividad dentro ni fuera del gobierno. Hemos acusado a la Concertación de no tener un plan ni visión país, aparte de slogans de campanas electorales, que son mediáticamente permanente; Curepto como último ejemplo. Continuamente se nos dice avanzamos, pero nosotros no sabemos adónde y al parecer ellos tampoco, porque nunca pueden explicar y, lo que hoy se avanza, mañana se revierte; ultimo fallo del TC. Decimos que esta democracia nacida de la dictadura es restringida, no garantiza la igualdad ni la representatividad; fallo del TC. Sistema binominal. Hemos dicho que entre Concertación y Alianza no existen diferencias importantes ni en lo democrático-político ni en visiones de economía; votaciones en el Senado, Cámara de Diputados, Zaldívar y Flores, Aliancistas Bacheletistas, Bacheletistas Aliancistas y demases. Decimos que la economía de mercado, basada en el crecer o morir, solo puede existir en la desigualdad y la pauperización de las mayorías a quienes toma como consumidores y no personas; carreteras del abuso subvencionado, TranSantiago, intereses crediticios injustos basados en el hasta donde el Mercado pueda aceptar. En fin, nosotros podríamos seguir con lo negativo y haciéndole el juego a la derecha, pero mejor que siga el nuevo y flamante Presidente P.P.D. Pepe Auth, quizás el mismo demuestre que lo que se ha venido diciendo no era negativo y solo una simple, llana y objetiva mirada al país.

Extracto de la entrevista a Pepe Auth en el diario La Nación, aparecida el lunes 21 de abril, 2008 Importante es leerla en su integridad en La Nación, por esa cosa de los contextos y/o la tergiversación.

-¿Cuál es el principal desafío que hoy tiene la Concertación?
-Primero, ponerse tras el Gobierno y su programa. Segundo, levantar compromisos programáticos de fututo que nos distingan de la derecha. Hasta ahora hemos hecho las cosas al revés, Primero hemos pensado qué cosas producen consensos y luego hemos desarrollado las iniciativas. Creo que lo primero es saber lo que uno quiere. Segundo, hay que poner convicción detrás de esa idea. Tercero, hay que buscar fuerza social para movilizar esa idea y cuarto, buscar la interlocución con los adversarios. Creo que llegó el momento de invertir la pirámide.

-¿Cree que la Concertación se ha apartado de las reales necesidades de la gente?
-Sí, la Concertación se ha achanchado y el PPD también. Buena parte de lo que fue su diferencia y frescura ha ido perdiéndola en la administración del poder. Creo que la Concertación requiere de un remezón ético, para que redefina con claridad la frontera de lo decente y lo indecente, lo eficiente y lo ineficiente. Por eso yo saludo al Gobierno con la nueva actitud de ponerse por delante de los problemas y no esperar que la derecha apunte con el dedo un problema de corrupción, como lo que ocurrió en el Maule y que caigan los responsables políticos. Fin de extracto.

En tiempos electorales, como que estamos acostumbrados a estas autocriticas que luego desaparecen en medio del triunfo electoral. Recuerdan a Omíname con lo de "hemos creado el paraíso de los ricos" años atrás. O, los llamados díscolos de la Concertación y eso de "las dos derechas".

Sin embargo, las cándidas declaraciones son reveladoras y, una vez más, nos dan la razón a los negativos. La simple admisión de haber hecho las cosas al revés, es decir privilegiar al empresariado, junto a la admisión de no saber lo que quieren y de falta de convicción, para que por ultimo allá atrás, buscar fuerza social para volver a negociar con los "adversarios". La admisión de la corruptela dentro de sus fuerzas, pero que se pone contento porque ahora sí, se pondrán por delante de los problemas hacen un párrafo que a los negativos los haría parecer positivos.

Para seguir demostrando la falta de representatividad y claridad, he incluido a este artículo otro extracto de una entrevista hecha por Patricia Bravo, en punto final a Lautaro Carmona Secretario General del PC. Igual que en la anterior, por favor leer la entrevista completa en Punto Final.

"El Siglo en Huelga"
Hay un punto delicado y oscuro que siembra dudas respecto a la consecuencia del PC, es el problema con los trabajadores del semanario El Siglo. Llevan meses en huelga denunciando bajos salarios y prácticas anti sindicales, fueron despedidos y expulsados del partido. Pero ellos siguen sintiéndose comunistas y publican El Siglo en Huelga. ¿Cuál es su opinión?
"Las personas que puedan sentirse involucradas en esta situación tienen todas las posibilidades y espacios para exponer su visión. Yo tengo una coherencia ética desde el punto de vista de militante comunista. Creo que entre nosotros 'para vencer hay que convencer'. El Siglo nació en 1940 -tiene casi setenta años- y es primera vez que tiene un sindicato. Curiosamente se formó una vez que se produjo una diferencia en un núcleo de compañeros frente a definiciones relacionadas tanto con el contenido del periódico como con la estabilidad en esa tarea".
¿Por qué estabilidad? ¿Se habló de despidos?
"No. Dije 'tarea', porque El Siglo se precia de haber formado muchos periodistas. Esa oportunidad ha estado abierta a numerosos militantes. Sería muy malo presentar un debate que represente diferencias políticas para tratar temas políticos o un debate que represente resguardos de exclusividad desde el punto de vista de espacio de tarea política a propósito de conflictividades de sindicatos, de reivindicaciones de remuneraciones". (Nota. el subrayado es mío. He leído esta respuesta no sé cuantas veces y no puedo hacer sentido de ella. Que alguien por favor me ayude y explique)

¿Podría ser más claro?
"Podría ser más claro si viéramos esto como una relación entre una empresa y un grupo de trabajadores. Pero no es la parte que a mí me toca. Yo soy dirigente del Partido Comunista, y si vamos a simular que hay una empresa, le toca a otros compañeros. Desde la dirección del partido, no hay un mal tratamiento para los trabajadores, ni inconsecuencia en el trato a los sindicatos. Eso es insostenible en el PC. Hay opciones voluntarias, proyectos políticos...

Sin comentarios.

¿Quien nos representa?

Si entrelazamos las denuncias mutuas de corrupción de los dos conglomerados oficiales, con la resolución del T.C. sobre la "píldora del día después" y esta, con la destitución de la Ministra de Educación y esta, a la mediática y fallida inauguración del hospital de Curepto y esta, a la última encuesta de ADIMARK donde el nivel de aprobación tanto para la Concertación como para la Alianza es de 24 % es decir 76% de desaprobación y esta, a la encuesta IPSOS donde el 60,5 % de la población cree que Chile es un país corrupto, donde país debe leerse conglomerados oficiales, tendremos entonces el estado de salud en que se encuentra la política nacional por el lado oficial.

El estado de la política extra-oficial sin embargo no es mejor. Por un lado tenemos al PC y la Izquierda Cristiana, mostrando una inusual pericia al montar de un solo salto dos caballos en velocidad, que van en distintas direcciones, uno en dirección a la Concertación, y el otro, corriendo a ese mismo 76% que la desaprueba, y a ese 60,5% que los encuentra corruptos, pero que los jinetes juran que están con la mayoría y que van en la misma y justa dirección. Por el otro tenemos al Partido Humanista menos diestro con los equinos y en esto de montar dos a la vez, trata de conseguir uno con ocho patas, que aunque cuatro vayan en una dirección y las otras cuatro en otra, trata por lo menos en la ilusión visual, de mostrar un solo caballo.

Ante este maniobrero panorama político no es sorprendente que se reanuden los justos llamados a una Asamblea constituyente para dotarnos de una verdadera Constitución democrática y representativa. El fallo del T.C. ha caído como una bofetada al rostro de las mujeres que nos recuerda que esta es una Constitución de marcado signo dictatorial. Tampoco es sorprendente en este estadio de vacío que surjan llamados a la unidad de la izquierda, rogando que dejen sus diferencias de lado y proceder en base a la buena voluntad. No sorprende porque en las fuerzas protegidas por el sistema binominal no existen las herramientas políticas, ni la moral para acabar con la corrupción. Cuando el gobierno no tiene más que borrosas intensiones de cambios al sistema económico, a su política social y, no se sospechan grandes cambios a la constitución, se da por entendido entonces, que se necesita otra fuerza política. La cual, para algunos, debe surgir rejuntando lo que hay. Lo que significa, que ya no se piensa en lo que se necesita para cambiar las formas y objetivos que debe tener la política, sino del conformarnos con lo que existe. Si este rejunte de buena voluntad sirve o no a los intereses de los excluidos, es otro tema en el cual no deberíamos meternos por miedo a que se dividan.

Al parecer la lógica Concertación de las últimas dos décadas que trata de un "todo va regio en lo económico, de un peor es nada en lo social y de justicia en lo que se pueda para los derechos humanos" ha impregnado a un sector político de los excluidos a conformarse con lo que hay, que peor es mascar lauchas, y avanzar en lo que se pueda. Sin embargo, en medio de estos llamados y el tira y afloja entre concertación y Alianza por un carril y entre la Concertación y las fuerzas extraparlamentarias por conseguir un acuerdo por omisión por el otro, pareciera que los excluidos no existieran, no son mencionados ni menos consultados en las municipalidades que van a ser usadas para el trueque.

Al parecer, el posicionamiento a través de jugadas electorales por parte de sectores extraparlamentarios se traduciría mediante la obtención de algunas Alcaldías, en un nadie sabe cómo, mejoramiento político instantáneo en la situación de las mayorías excluidas de la sociedad. Mientras, que para la Concertación se traduciría en remontar las pérdidas sufridas de los llamados renegados.

Los llantos en la Concertación por la "trágica" forma de votar en el congreso de Flores y Zaldívar y, el resultado de aquel voto, no son un problema ni una tragedia para el país como se nos quiere hacer creer. No lo es, porque para las mayorías excluidas se trata de una batalla de orgullos en las alturas. Si existió un interés, este fue saber donde están las Lucas ahora perdidas en medio de sus batallas. Si algo demuestra esta votación, es la clase de gente que cohabita en la Concertación, cosa que debería hacernos tener más desconfianza.

Pequeñeces y acomodamientos personales se dan, se han dado y seguirán dando en su interior. Flores y Zaldívar no cambiaron cuando salieron o sacaron de la Concertación. Han sido siempre iguales. Nunca fueron mejores en cuanto a lealtad se refiere, y en lo que a nosotros interesa jamás han sido luchadores por la democracia y la igualdad social...y que Flores ni Escalona salgan con la burrada de quien estuvo más cerca de Allende, porque cada vez queda menos claro para que. Sectores de la Concertación, ya sean Diputados o Senadores, han votado demasiadas veces con la Alianza y sobre cuestiones más importantes, porque han tenido que ver con limitadas mejoras sociales y no se derramo ni una lágrima.

Mientras se llora por algo sin importancia para los sectores excluidos, porque realmente no la tiene, a nadie le cambia la vida si Provoste queda o se va. Lo que si nos cambia la vida y nadie habla en las alturas, porque se trata de una verdadera tragedia y algo de terrible importancia para las mujeres, es la resolución del TC. Este tema de gran importancia no solo políticamente si no de implicancias prácticas inmediatas lo han sepultado en lloriqueos de teleserie, donde la suerte política de una mujer es más importante que todo el resto de las mujeres chilenas que han perdido, mediante el fallo del TC, el control de sus cuerpos y vidas.

Esta situación de olvido de las mayorías excluidas y falsas discusiones nacionales, obliga a preguntarse ¿Que pasaría con las mayorías excluidas, de mantenerse esta lógica política en el país, en un por ahora hipotético llamado a la conformación de una Asamblea Constituyente?

¿Quién representaría o hablaría de manera legítima por las demandas de las mayorías excluidas del país? En este hipotético escenario es evidente que la Concertación no sería una voz de confianza para representar las demandas de los excluidos, como evidente también, que la izquierda extraparlamentaria no da el ancho en tanto lo más importante en este momento para ellos es lograr algún número de Alcaldías. El fin que persiguen en este afán de lograr alcaldías a cualquier precio es poco claro.

Si se mira con objetividad, el lograr ciertas Alcaldías no cambia, ni en hecho ni en forma, las restricciones democráticas en que nos encontramos. No la cambia, porque acomodar otro jugador en la mesa oficial y aceptada del póker político nacional, lo que hace es variar la disposición en la mesa de los jugadores, pero no cambia ni el juego ni las reglas con que este se juega.

Lo que si cambiaria en hechos y formas la lucha por la ampliación democrática, es la irrupción de la organizaciones sociales y populares de las comunas, constituidas en referente político independiente y autónomo de partidos nacionales que dispute en las elecciones el control ejecutivo de las municipalidades. Significaría que la lucha por la ampliación democrática y los anhelos de cambios son tomados en nuestras manos y no confiados a los autodenominados salvadores. Significaría que la dirección de la comuna queda en manos de las fuerzas vivas, necesarias y existentes de la comuna y no en la de partidos nacionales y sus juegos políticos de acomodamiento. Significaría un ¡Ya no más!

Este es el verdadero problema para los sectores excluidos y marginados de toda clase en el país. Esta es la gran tragedia que vivimos los sectores excluidos: la falta de representación honesta por parte de los partidos políticos nacionales. En esta situación el gran y verdadero desafío es representarnos nosotros mismos.

En la actual situación ¿podría el pueblo de Chile dejar a los actuales partidos la redacción de una nueva Constitución que define las reglas de relacionarnos entre chilenos y el tipo de estado que nos cobijara sin ningún tipo de control o representatividad de nuestra parte? Mi respuesta por lo menos es de un absolutamente no.

No, porque nuevamente tendríamos un texto cargado de ambigüedades y retorica como el actual donde un artículo da derecho mientras el otro los niega o quita. De no ser redactado así, hoy mismo tendríamos el derecho de llevar al gobierno entero a la corte, demandarlo por groseras falta a la carta fundamental, por los inmensos sufrimientos y exclusión que ha sometido a la mayoría del pueblo de Chile obligándolo a demitir en acuerdo al Capítulo I. Bases de la institucionalidad, articulo 1º . Que en su primer párrafo declara: "Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos". Sin embargo, este párrafo, que pareciera decir mucho en realidad no nos dice nada, aparte de nacer libres e iguales en dignidad y derechos, que más bien se refiere al parto, esta igualdad no está garantizada más allá del nacimiento. Vale decir, nacemos y en ese momento dejamos de ser iguales en dignidad y derechos.

La única forma de mantener la igualdad más allá del nacimiento es con un estado que garantice la universalidad e igualdad en educación y salud. Que garantice la dignidad e igualdad mediante un estándar digno en vivienda. Que garantice el ser libres, iguales y dignos en relación y trato, no importando la posición en la sociedad. Bueno olvidémonos de demandar al gobierno porque nada de esto garantiza la constitución y el estado actual.

El camino que resta en la marcha hacia la igualdad esta en nosotros mismos, en los no representados. Si el espectro político actual no nos entrega opciones confiables a seguir, debemos ser capaces entonces, de encontrar la fortaleza y las fuerzas en nosotros mismos tal cual lo hicimos cuando luchamos contra la dictadura, desde nuestras propias organizaciones, levantando otras y uniéndolas.

Nosotros somos buenos para la unidad, hasta nos resulta fácil cuando esta unidad está basada en nuestros propios intereses, pero esta vez, a diferencia de los años 80, no debemos entregarles a los partidos la dirección política, deberemos mantenerla nosotros. Esa es la importancia de generar a partir de nuestras propias organizaciones existentes en cada Comuna y las que se deben construir una organización política que nos represente a nosotros mismos. Organización política superior, donde cada organización social de base en nuestras Comunas, mantiene y desarrolla su campo de acción concreta y practica en absoluta independencia, manteniendo su forma orgánica de funcionamiento pero que se coordina de manera organizada, en un objetivo político superior, ya sea mediante un Partido Comunal, Federación Comunal de organizaciones sociales o Movimiento Social Comunal. Organización política Comunal que ni en forma ni objetivos debe ser copia de los partidos existentes.

Se han avanzado ideas en ese sentido, pero se necesitan más. Nadie la tiene toda clara, pero todos juntos si podemos hacer una síntesis refrescante de las ideas que tenemos y generar esta organización superior para las organizaciones sociales y populares de las Comunas. Y, por fin tener nuestra propia representatividad en la mesa de los cambios que se vienen.


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