SOMOS DEMASIADOS PARA ESTAR SOLOS.
Por Alfredo Cerpa.
Mientras más nos acercamos a las elecciones Municipales, mas son las voces que se levantan proclamando que las organizaciones políticas en el gobierno y fuera del, se han apartado y abandonado las demandas y necesidades de la mayoría del país. Que estamos solos.
Sin embargo, el sentimiento de soledad y abandono que siente la mayoría de la población en relación a las fuerzas políticas existentes, trata de un consenso conseguido ya hace mucho tiempo. Las elecciones solo desnudan esta realidad poniéndola de frente, para ser observada en toda su fealdad. La última esperanza de espacio y representatividad para muchos progresistas y excluidos fue el Juntos Podemos. A la luz de su historia esta no resulto ser tal.
Es cierto que existen líderes de la Concertación que disientes del camino que esta ha llevado al país. Es cierto también que en la mayoría su disidencia consta de muy poco, a lo mas de un par de años. Y cierto también, que intentan regenerar lo degenerado de la Concertación, proponiendo nuevas formulas de recomposición del conglomerado tanto por dentro como por fuera. Pero no existe evidencia que por ello sean vitoreados o sean vistos por la población como los nuevos líderes ni la nueva visión que el país necesita. Ellos fueron parte del proceso de degeneración donde no solo se abandono a la mayoría del país en sus demandas, sino también, sus propios valores democráticos y visión de una sociedad más justa. Que ellos se reencuentren o quieran reconciliarse con sus viejos valores abandonados es positivo y se alaba, pero no son los nuevos líderes que se necesitan, no representan lo nuevo ni gozan de confianza en la mayoría.
La responsabilidad de renovar esperanzas, unirnos, encontrar nuestra voz para gritar existimos y estamos aquí, recae en nosotros mismos, en cada uno de los marginados del sistema, en especial de sus sectores e individuos mas consientes, las organizaciones sociales y populares, los desconocidos sin voz que ven la importancia que de no cambiar el rumbo político y económico del país, este marcha al dolor de la pobreza, la corrupción y la dictadura económica.
Hoy no es necesario seguir constatando una y otra vez con diferentes argumentos y desde diversos ángulos esta realidad, porque la conclusión, siempre será la misma. Hoy, por el contrario, se hace necesario comenzar a pensar que caminos le restan a las fuerzas abandonadas y excluidas. Porque la discusión y el consenso necesario al que han llegado los excluidos, no termina al constatar que estamos solos, allí empieza.
¿Que debemos hacer los excluidos sin representación? Es una pregunta simple. Simple, pero que entraña una complejidad de factores que hace imposible encontrar una sola respuesta.
Los marginados del sistema no somos un todo solido ni homogéneo, por el contrario, somos un todo tan amorfo tan heterogéneo en demandas y necesidades, que hace imposible una respuesta fácil al que hacer y difícil en lo inmediato construir unidad como marginados.
Esta heterogeneidad, sin embargo va más allá de las demandas y necesidades de los excluidos. También se manifiesta en visiones o nuevos elementos que acompañan la dinámica política moderna, como es el tema ecológico. La ecología en sus diferentes variantes introduce una fuente ideológica que da cuenta del nuevo peligro que enfrenta la humanidad y en buena parte se diferencia de la ideología tradicional de la izquierda. La democracia tampoco es un tema donde todos entienden lo mismo y no es un tema menor, por la forma de verla, entenderla y desarrollarla hacia toda la sociedad. Como bien podemos apreciar al analizar funcionamientos y estructuras internas de los partidos oficiales y tradicionales, que estos solo se dicen democráticos, pero se han negado a crear marcos democráticos de participación a su propia militancia, ni existen marcos democráticos claros ni definidos para la renovación o generación de líderes, lo cual permite que por más de cuarenta años se nos presenten los mismos dirigentes. Pero peor aún, como consecuencia de lo anterior, la democracia no se ha ampliado ni extendido al conjunto de la sociedad perpetuando la democracia de elite.
Estos nuevos elementos a tomar en cuenta en las posibles respuestas al que hacer, sin ser totalmente contradictorios en el afán de buscar una mejor sociedad, más democrática y más humana, si lo son en sus implicancias tácticas y estrategias. Intentar unir y organizar tan diferentes sectores con tantas diferentes demandas no es para nada fácil. La unidad nunca es fácil. Por consecuencia la amplitud de mirada será un factor determinante. Pero, podemos pedir y hasta exigir que en este buscar respuestas al que hacer y como unirnos deben tener cierta frescura no solo en los planteos sino también en la orgánica. Surgirán, estamos seguro, varias posibilidades de caminos a seguir, muchas nos serán conocidas y otras no tanto, todo dependiendo de la historia, experiencia o inexperiencia política que cada persona, cada grupo o asociación han vivido y traiga a la mesa de discusión para dar respuesta al que hacer y la unidad de los excluidos.
Si entendemos esto, si entendemos que la diversidad de ideas que nos serán propuestas y las posibles orgánicas que surjan no son enemigas entre sí, que se trata de propuestas para analizar e intentar ver con ojos frescos, presentara un gran paso para frenar el sectarismo y la lucha fratricida que puedan darse con el surgimiento de respuestas orgánicas al que hacer. El sectarismo solo provocaría el alejamiento y postraría la necesidad de encontrar voz para los excluidos. Obviamente discusiones y debates surgirán ante diferentes propuestas orgánicas para la unidad de los excluidos, donde diferentes ideologías o visiones con sus diferentes caminos se enfrentaran. La discusión para encontrar una respuesta al que hacer y unidad de los excluidos, es necesaria, se debe hacer, no puede esperar, debemos comenzar. Esto será bueno y conseguirá logros si se desarrolla en un ambiente fraternal y de respeto, donde se escucha y se es escuchado, solo en este marco se podrá crear orgánicas, hacer experiencias y probar su validez.
Somos demasiados para estar solos y marginados del sistema tanto político como económico. Pero el darnos cuenta de esto no hará el camino de unidad que debemos transitar más fácil o sin contrapeso. Tampoco será inmediato, pero nos dará un punto de partida. Porque si estamos solos es en relación a nosotros mismos a nuestra desunión. La unidad nunca es fácil, pero es el camino necesario a transitar si se quiere cambiar lo existente y avanzar a una mejor sociedad que dé cuenta de todos sus miembros sin excepción.
Como se construye la unidad ya es un debate abierto en el cual todos deberíamos participar. La necesidad de unirnos es evidente, la unidad necesaria para cambiar la sociedad a un camino más humano, solidario y fraternal eso ya no es tan claro y es lo que hace este debate una cuestión fundamental
Sin embargo no partimos de cero. Ya existen orgánicas, proyectos e ideas que apuntan a la superación de la desunión existente por parte de los excluidos. Organizaciones y proyectos, que sin entrar a mencionarlos por nombres, por temor a discriminar algunas que aun no conocemos y que puedan llegar a ser importantes, están mostrando en lo fundamental dos formas o caminos diferentes de ver la unidad para enfrentar la exclusión del sistema político- económico imperante: Construir unidad y organización desde abajo desde lo local, o, reintentarlo desde arriba reeditando conglomerados.
Estas dos visiones, bien podemos suponer, dominaran buena parte del debate por la reorganización de los excluidos. Dos estrategias diferentes buscando un solo objetivo. Dos caminos en evidente contraposición con diferentes meritos y formas organizativas que determinaran diversos resultados.
Bien sabemos que las próximas elecciones municipales en nada cambiaran el panorama político actual, por el contrario, solo reforzara la percepción de que los partidos solo buscan poder para ellos mismos. De no comenzar la discusión en tanto al que hacer y comenzar hacer desde hoy mismo, en cuatro años más nos reencontraremos escribiendo un poco más de lo mismo. Unos sintiéndose engañados y traicionados otros, con que ya sabíamos que estamos solos... Y la vida sigue igual.
Alfredo Cerpa, junto a un grupo de dirigentes sociales, aboga por la creación de Partidos Comunales por todo el país. Partidos que se organicen, por y a partir, de las organizaciones sociales comunales mismas. Autónomos entre ellos e independientes de partidos nacionales. Alfredo publica un Blog llamado: Política desde la comuna. http://desdelacomuna.blogspot.com
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