domingo, 19 de julio de 2009

La Izquierda Tradicional. ¿Dirigir? ¿Hacia dónde?

Por Alfredo Cerpa


 

La actual situación que enfrentan los partidos activos en la política chilena habla de enormes problemas para organizarse o reorganizarse manifestados por las deserciones masivas de militantes y rompimientos de acuerdos que motivan cruzadas acusaciones de deslealtad. Esto, visto desde el ángulo de la impresión que causa a la ciudadanía en general; para ella, este espectáculo no trata de otra cosa que un "cahuín" producto de apetitos personales y a la pudrición ética-ideológica al cual los partidos nos tendrían acostumbrados en los periodos eleccionarios, todo lo cual tiende a darles la razón, en cuanto a lo mejor por hacer es mantenerse alejados de ellos y sus estructuras.

Si este fenómeno solo alcanzara a los partidos protegidos por el binominal, Alianza y Concertación, creo que todos compartiríamos esa apreciación y agregaríamos unas cuantas cosas más. Sin embargo en este espectáculo, la izquierda extraparlamentaria ha sido el personaje principal. Por lo tanto, la apreciación ciudadana expresada en innumerables comentarios dejados en blogs y diarios electrónicos ha sido particularmente dura con ella y su dirigencia, puesto que no se queda solamente con la impresión expuesta más arriba, sino, va más lejos en una acusación, la cual se puede resumir, en que la izquierda no sabe hacia dónde va, ni cómo piensa dirigir, porque sus métodos para relacionarse, deshacer acuerdos y de construcción de organización van más en la búsqueda de representación propia que levantar una opción para los excluidos.

Lamentablemente para todos los militantes de organizaciones sociales y de movimientos emergentes que trabajan en organizar no solo pensando en elecciones sino en aunar fuerzas sociales, partiendo de la base y de sus intereses y no desde la ideología para preparar un futuro, esta práctica y forma de relacionarse de los partidos los afecta de manera directa, porque están más cerca de la ciudadanía y sus problemas y desilusiona aquellos que pretendían un acercamiento a las organizaciones de base. Todo lo cual presupone una cantidad enorme de explicaciones acerca de los porque del canibalismo y las malas prácticas.

Las opiniones de varios, buenos y preparados articulistas, con sus últimas apreciaciones sobre las deserciones y rompimientos en diferentes medios, acrecientan el daño y crean más disensiones y durezas, sin darse cuenta o porque la frustración se apodera de la pluma, cosa que me pasa bien seguido, que en un futuro cuando todos maduremos y los caminos se hagan más claros y transparentes, nuevamente tendremos que sentarnos todos a conversar un futuro en una mesa donde ojala, todos lleguemos con pantalones largos, por lo tanto, no es bueno decir: "Allá ellos, acá nosotros" levantando barreras que después cuesta mucho botar o, de hablar de lealtades desde una postura ideológica dura o pedestal inexistente, porque los de acá son pocos, tan pocos como son los de allá y, todos hasta hoy, alejados del 80 % de la ciudadanía que solo sonríe ante el circo.

Por cierto la lucha ideológica, discusiones y debates buscando un camino de sociedad justa para Chile son necesarios y pueden llegar a ser duros y de altos decibeles, se deben dar y nunca deben dejar de darse, nadie se va enojar. Pero deben darse dentro de un marco de respeto mutuo, donde cada uno entrega al otro su derecho a manifestar su postura y a existir, pero no tienen que ser descalificatorios ni significar que el que no concuerda conmigo se queda fuera o es desleal, sin saber de qué se queda fuera ni a quien o que se es desleal. Nadie tiene la llave ni es dueño de la entrada a algún proyecto inexistente o, a una mejor sociedad que aun no definimos claramente ni ha sido expuesta a la ciudadanía para su aceptación o rechazo. Porque, aun si eso existiera pero no da cabida a todos, entonces no hay justicia, no hay igualdad como tampoco democracia. Esto es especialmente cierto cuando las barreras ideológicas de las organizaciones políticas de ayer han sufrido una corrida de cerco. Ya no es claro saber quién es de izquierda y quién no, tanto para gente que se reclama de izquierda como para la ciudadanía en general. Ni que significa un concepto que surgió del azar en la Francia revolucionaria en 1792.

Pero, si abandonáramos la etiqueta, el logo, tomáramos solamente los postulados o ideas que dieron vida a lo que llamamos Izquierda, como "sociedad libre de opresión y explotación y vida común entre iguales", si ese fuese el parámetro, nos daríamos cuenta entonces, que los izquierdistas son muchos más de los que nosotros pensamos o queremos aceptar. (1).Tampoco sabemos quién es puro ideológicamente y quién no o si es importante en el momento actual. Porque los conceptos ideológicos después de la caída del muro de Berlín han estado en constante revisión y aquel balance de una época histórica no ha terminado ni se puede cerrar de manera arbitraria. Son muchas las cosas que aun no respondemos mirando el fracaso de los socialismos reales.

En este marco más amplio donde los parámetros son borrosos y hasta obscuros, surge una pregunta interesante a responderse y es ¿Adonde corren tan apresurados los militantes de la izquierda que abandonan sus casas y las organizaciones que abandonan sus acuerdos? Una pregunta relevante, en medio de acusaciones mutuas, para tratar de entender si alguien tiene razones fuertes para hacerlas. Porque es evidente que militantes y organizaciones corren a algún lado, pero no queda claro adonde ni porque, como tampoco los que se quedan saben muy bien porque creando una gran confusión a la ciudadanía.

Aunque todos nos digan que rompen adhesiones buscando una definición más de izquierda o de izquierda verdadera y para ser parte de una nueva forma de hacer política, a la ciudadanía le parece que solo se dan vueltas en un mismo círculo estrecho por los mismos personajes de siempre que nada nuevo representan, porque no definen sus ideas de una visión país diferente a la actual, ni en abstracto ni concreto, como tampoco en que basan las nuevas prácticas ni los métodos que utilizan, por lo cual, para ella, no importa donde quedes dentro de ese círculo, aquí o allá, nada cambia.

Sin embargo, este ir y venir de militancia, nos dice que una búsqueda de algo más sustancial a lo existente se ha puesto en marcha y no es fácil predecir adonde va ni en que terminara. Hoy están corriendo a lo de siempre, a los viejos conceptos y formas organizativas. Quizás mañana, producto de reflexiones miren mas allá de lo existente y comience un proceso de reorganización mas sustantivo basado en un dialogo amplio y empoderador basado en el balance de los tantos años de esfuerzos organizativos fracasados. Quizás partiendo de conceptos simples y unificadores como emancipadores, algo como "sociedad libre de explotación y vida democrática común entre iguales" que en su simpleza, reúna, represente e impulse los cambios necesarios. Porque si vemos ejemplos concretos de movimientos militantes en los últimos 25 años hasta llegar a los actuales y que ha modificado el concepto izquierda hasta volverlo confuso, quizás en esa mirada, podamos entender y compartir con la ciudadanía su apreciación de que algo no está bien ni da confianza. Puede también ser nuestro punto de partida a la búsqueda de algo más refrescante que lo actual.

Porque evidentemente ha existido una corrida de cercos ideológicos después de la caída de muro de Berlín, lo que hace difícil saber qué partido actual se podría reconocer, sin lugar a dudas, como izquierda y desde ese pedestal apuntar dedos. Es indudable que aun dentro del PS a quien se pregunte si verdaderamente es de izquierda la respuesta sin parpadear será sí, pero seguramente también será cuestionado por la militancia de izquierda extraparlamentaria que no trepidara en acusar al PS como la nueva derecha por las políticas que apoya e impulsan en lo económico dentro de su conglomerado, las cuales evidentemente, son de derechas o neoliberales que viene a ser lo mismo.

Analizar, aunque sea por encima los porque de esto, es importante, porque solo así, dentro de un contexto histórico podríamos encontrar la izquierda, si aun existe o, saber donde quedo o, que es lo necesario ir a rescatar y que no. Porque no basta reclamarse solamente de una corriente también se debe confrontar las diferentes prácticas con respecto a sus definiciones dentro de la corriente que se reclama para sí y dentro del contexto histórico que surgió y desarrollo.

En efecto, lo que hoy se denomina izquierda poco o nada tiene que ver con la de ayer. Muchos lo lamentaran otros dirán a buena hora. No es la misma ni se trata de tan solo una renovación, sino del abandono en la práctica, para bien o para mal, de una ideología aun cuando se jure lealtad o se mencione todos los días. Esto en si no es necesariamente malo o solo lo es cuando no ha sido reemplazado por otros conceptos o ideología que proponga una superación de la anterior, porque el no hacerlo los deja a la deriva.

Desde la caída del muro de Berlín ha ocurrido a nivel mundial una corrida de cercos ideológicos que no permiten distinguir claramente que es la izquierda ni qué partido podría inscribirse en ella sin ponerse colorado. A principios del siglo pasado las líneas ideológicas que definían la izquierda revolucionaria y simplemente socialdemócrata- que eran las que se peleaban el concurso de los trabajadores- eran claras e indiscutibles, aunque se debe insistir que solo en cuanto a las líneas ideológicas, porque en un plano practico y concreto y visto resultados después de un siglo, fue la social democracia europea la que consiguió con su sociedad de bienestar mejorar ostensiblemente el nivel de vida de los trabajadores dentro de un marco democrático burgués que de hecho fueron la envidia de otros trabajadores a través del mundo. En cambio los partidos revolucionarios de la izquierda donde lograron levantar un estado socialista no consiguieron elevar el nivel de vida de los trabajadores sustancialmente agregando que fueron sometidos a la dictadura del partido. Esto en si muestra porque cayo la Unión Soviética y ningún trabajador levantara un dedo para salvarla. Esto es un hecho que no se puede ocultar ni desmerecer a la hora de definiciones y revisiones. Sin querer decir que no existan explicaciones algo más complejas y que se deben conocer y estudiar.

Sin embargo a partir de aquel momento los cercos ideológicos se fueron corriendo. La socialdemocracia de antaño defensora de los trabajadores y su nivel de vida paso atacarlos y ponerse en el papel de administradora del naciente neoliberalismo económico ocupando así el lugar de la antigua derecha. Así Felipe Gonzales se sentó a la derecha de Margaret Thatcher, la socialdemocracia de los países escandinavos han ido desmantelando la sociedad de bienestar construida por ellos mismos. Al mismo momento la antigua izquierda revolucionaria intenta hasta hoy ocupar y jugar el papel de la socialdemocracia desde un punto gerencial y de expertos. Cambios de nombre de los partidos comunistas europeos que se agregaron el apellido de democráticos para parecérsele un poquito más. El mismo partido comunista de la unión soviética es el partido de los millonarios producto de la desmantelacion del estado soviético.

En Chile no ha sido diferente. El PS, antigua vanguardia de los trabajadores hoy es administrador del neoliberalismo al ser fundador e impulsor de su conglomerado y no se molestan si se les llama social demócratas, porque más que insulto es un apelativo generoso. En esos mismos instantes allá a fines de los 80 y principios de los 90 gran parte de la militancia PC pasó a engrosar el PS lo mismo ocurrió con aquellos que se denominaban de izquierda revolucionaria anti reformista como el MIR, grandes sectores del MAPU y de la Izquierda Cristiana, amén de muchos otras organizaciones más pequeñas. Si hoy preguntáramos a cada uno de ellos como se definen. Obviamente será de izquierda. El mismo Partido comunista, a pesar de no ser parte de la Concertación ha mostrado una terrible ambigüedad con ella. A pesar de definirla como la otra derecha en las últimas presidenciales no le ha molestado salvarla de la otra derecha. Hoy, sin embargo, el PC logro abrir la puerta trasera de la Concertación con su pacto contra la exclusión, donde además, su flamante Alcalde Claudina Núñez, teniendo su propio presidenciable y hoy militante de su partido, ya llama a votar por Frei y no hemos terminado con la primera vuelta.

Veamos en este contexto el mundo de los candidatos. MEO se retira del PS para quedarse en la Concertación y aglutinar desafectados sin sentir mayor interés por la izquierda extraparlamentaria aunque tampoco la provoca excepto con su programa. No la necesita pues esta le echaría abajo su programa de privatizaciones –derecha-. Por el se produjo un numero de deserciones dentro del PS, pero son muchos más los que lo apoyan pero se quedaron adentro. Dentro de estos grupos de militantes que lo apoyan mayoritariamente son militantes del ex MIR hoy socialistas, incluso su ex secretario general y están por la privatización de otro poquito de cobre, algo que la derecha anhela y espera. Estamos hablando nada menos que de la antigua izquierda revolucionaria, la de los fierros. ¿Es esta la izquierda y el candidato que viene a cambiar las formas de hacer política? ¿Adónde corren tan apresurados los militantes de izquierda que abandonan sus casas? ¿Dónde se encuentra la definición concreta y sin lugar a dudas de la Izquierda?

Arrate, en su momento presidente del PS y, además ministro de la Concertación uno de los intelectuales del proceso de renovación en esa entidad que sentó las bases para su desarrollo ulterior y devenir en lo que hoy conocemos como PS, pero hoy flamante militante PC y candidato a Presidente del JP y de los socialistas allendistas se nos presenta como la gran esperanza. Confunde un poco ¿o no? ¿Cuáles son los parámetros para definirse de izquierda o, más importante aún, es necesaria la lucha por la etiqueta de izquierda, por la cual tanta energía agotamos? Porque si todos nos pusiéramos de acuerdo y entregáramos la dominación de izquierda a una organización o partido en particular, el que más la quiera. ¿Cambia algo la realidad de desorganización y canibalismo? Lo más probable es que encontraríamos otra cosa porque pelearnos y ofendernos y tampoco sería algo que interese a la ciudadanía.

En este contexto ¿es válido acusar al PH de deslealtad con el JP? O por lo mismo ¿Qué el PH se queje del PC y de ciertas deslealtades o respingo de nariz? O decir ¿Allá ellos no los necesitamos ni los queremos? A mi parecer no tienen asidero ninguno. Porque en este pequeño círculo que se llama "Izquierda" todos se vuelven a encontrar o reencontrar, a veces como amigos y aliados y otras como enemigos, porque hasta este momento todo trata de posicionamientos y que o quien la pueda dar. No olvidemos que en las municipales pasadas el PC celebro en la Moneda con la gente que el mismo PC acusa como la otra derecha y no con sus aliados de pacto en el JP.

La verdad es que la lucha encarnada para definirse de izquierda o quien es mas izquierda no tiene ningún sentido práctico al día de hoy, porque no existe el parámetro claro ni exacto. Si nos definimos por lo que algún día significo, pocos calzan la horma, quizás ninguno. Hoy está todo trastocado. Los izquierdistas de ayer hoy son como mínimo social demócratas y dado a privatizaciones como tampoco se sabe donde estarán mañana. Los que ayer criticaban la Concertación hoy quieren entrar. Los que estaban dentro quieren salir y volver por otra puerta. Cuando decimos allá ellos, no sabemos dónde es el allá como tampoco se está seguro cual es el acá.

Mientras esto ocurre la ciudadanía aun espera que la "Izquierda" de una vez por todas resuelva, por su propia salud, que es, que es importante y cuál es su propuesta organizativa, no programática porque eso esta mas o menos claro. Una propuesta organizativa que diseñe un camino, un mapa que nos indique donde estamos, adonde queremos llegar y como lo podemos lograr. Porque los programas y consignas se pueden recitar de corazón pero no indican los caminos ni los cómos, aunque se crea que están implícitos.

Quizás, deberíamos comenzar por sacarnos cada uno de nosotros las enormes trancas que adornan nuestras cabezas y la insana manía de querer estar siempre correctos, aun en estupideces amparados en nuestras particulares ideologías, pero donde está ausente el sentido común que trasforma la ideología en religión irreflexiva.

Comenzar por definiciones bases y simples pensando en lo que el país necesita. Quizás partir diciendo que queremos una sociedad democrática sin explotación, justa, de iguales solidarios y cooperadores al bien común. Es una definición simple aunque llena de conceptos pero que no quita el sueño para llegar a comprender los grandes alcances donde la gran mayoría del país podría sentirse representada y dispuesta a movilizarse para hacerla realidad. No es necesario ni tiene importancia hoy tratar de clasificar esa definición en cuanto a si es socialista o otra denominación mas ajustada a la sociedad moderna y los nuevos problemas que debe enfrentar como el medio ambiental. Tampoco es necesario definirle un carácter revolucionario, para poder sentirnos bien, porque los conceptos mismos expuestos ya son profundamente trasformadores que no necesitan de apellidos que asustan, confunden y alejan a una ciudadanía que vivió el oscurantismo de una dictadura y veinte años de política gerencial y de expertos. En otras palabras partir desde donde nos encontramos y no de donde nos gustaría estar.

Para a partir de esa simple definición encontrar las formas organizativas necesarias que acojan los conceptos simples expuestos. Necesitamos comenzar a dialogar y escuchar no como profesores ni desde un pedestal con las fuerzas sociales productivas y populares existentes en las comunas de nuestro país para comprender como ellas se ven reflejadas jugando un rol principal en sus comunas sin Alcaldes ni Concejales que les llegan desde la otra punta del país. Quizás escuchando encontremos a partir de ellas nuevas formas organizativas diferentes a las que nos tienen acostumbrados los manuales pero que empodera la organización de base.

Si miramos nuestra historia de antes de los años treinta cuando los luchadores sociales mantenían sus ojos más abiertos tanto como sus mentes encontraremos a L.E. Recabarren volcándose al trabajo organizativo comunal llamando a levantar una completa propuesta de "socialismo municipal". Así en 1904 escribió en la Voz del Obrero de Taltal "Se creó la comuna autónoma para poner en manos del pueblo el derecho de administrar, por pequeños territorios, sus intereses, en una forma casi directa, que la ignorancia popular, aun hoy, no sabe aprovechar. ¿No cree el pueblo que habría más paz y mejoramiento material si se encargaran todos los servicios locales a los municipios porque en ellos están inmediatamente bajo de nuestra fiscalización por medio del derecho que ejercemos en la asamblea de electores?"(2)

Por otra parte y más actual Marta Harnecker en "Estrategia para construir la unidad" nos dice:

1. Me he referido anteriormente a la necesidad de construir la unidad de todas las fuerzas y actores de izquierda para conformar en torno a ella un amplio bloque anti neoliberal. Sin embargo, no creo que este objetivo pueda ser logrado de manera voluntarista, creando desde arriba coordinaciones que pueden terminar siendo sólo una suma de siglas.

En fin, son caminos a explorar sin miedo a saber si calzan o no con alguna definición clásica. Porque todo parece indicar, especialmente por lo fracasos organizativos de la "Izquierda" que los caminos no son por arriba ni cada vez más radicales consignas o definiciones para distanciarnos de otros, que dejan tranquilo el espíritu libertario de algunos y satisface las ideologías de otros, pero que no se traducen en mayor organización ni participación de la ciudadanía.

Todos quienes abogan por una sociedad más justa nos encontramos en una disyuntiva, que no se juega en base a la elección presidencial ni a las rencillas que vistas desde el punto de vista del trabajo por hacer, son insignificantes y egoístas, sino mas bien en que si seremos capaces de elevarnos por encimas de nuestros egoísmos y veleidades política- ideológicas y construimos algo nuevo ajustado a nuestra realidad y las necesidades de este pueblo o seguir deambulando en un pasado dirigiendo y dirigiéndonos a ninguna parte.

En este camino a una sociedad democrática sin explotación, justa, de iguales solidarios y cooperadores al bien común, nadie estará equivocado porque a pesar de diferentes puntos de vista es lo que todos queremos.

http://desdelacomuna.blogspot.com

alfrepolicom@gmail.com

  1. Ezequiel Adamovsky " Mas alla de la vieja hizquierda" editorial Prometeo
  2. Historia de Chile Contemporánea. Julio Pinto y Gabriel Salazar.


 


 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ramonelly Miranda, dejo mi nombre porque no me gustan los anonimos, pero en este sitrio ens dificil si no tienes cuenta google. Con respecto al articulo, me alegra ver alguien que de verdad tiene alturas de miras desde una posicion de vanguardia en ideas y soluciones.Adelante don alfredo ke va en la correcta. muchos seguiremos y quizas comencemos en nuestras propias comunas, si tenemos corage.

Anónimo dijo...

Bravo,he leido varios articulos que aqui se publican y pienso que son un aporte para el futuro.Es doloroso ver la realidad de la izquierda pero si no nos ponemos las pilas vamos a ser sobrepasados por la realidad.Se nos muere la izquierda pero lo esperanzador es que hay algo nuevo y mejor que esta por nacer.La comuna es un buen punto de partida.
Mis saludos y respetos.
Raul Soto