Por Alfredo Cerpa.
Si miramos hacia arriba, hacia el gobierno, este nos dice que vivimos en un país que crece y se desarrolla con instituciones funcionando a un gran nivel. Que la responsabilidad con que han manejado la economía ha permitido crear un país estable. Que, debido a este gran manejo la crisis financiera mundial no ha creado demasiados desajustes y que pronto comenzaremos a crecer a los ritmos de antaño. Que a nivel internacional somos respetados y hasta envidiados. Envidiados porque los niveles de desigualdad no crean luchas sociales ni mayores problemas al desarrollo del mercado. En este país de maravillas donde todo funciona y funciona bien la población debería estar más que agradecida de su gobierno y nada debería hacer por cambiarlo e interrumpir la gran marcha hacia el futuro esplendor. Pero no es así. El gobierno está en peligro de ser desalojado de la Moneda por las faltas de apoyo de una chusma mal agradecida que no entiende el peligro de caer en las manos de la oposición. Oposición que asegura que puede hacer lo mismo, pero mejor. Oposición que continuara con la política económica del gobierno actual, porque este solo continúo la política económica dictatorial. Asegura que seguirá presionando hacia abajo a los trabajadores, pero mejor, mediante las buenas leyes laborales que han hecho prospero al país e introducirá más flexibilidad. Dice que seguirá permitiendo el abuso crediticio, la colusión empresarial. Continuara con el sistema democrático restringido y el sistema excluyente binominal. Oposición que seguirá privatizando los recursos naturales, que seguirá manteniendo una política medio ambiental de propaganda y, que mantendrá mano firme al igual que el gobierno con nuestro pueblo originario, bueno más firme porque ellos lo harán mejor. En definitiva viene de manos de la oposición un gran cambio. Cambio que en este caso no significa cambio sino alternancia para manejar y administrar lo mismo. Después de todo estamos en Chile y cualquier cosa puede significar cualquier cosa…lo que queramos que signifique. La derecha opositora ya no quiere que administradores le dirijan su sistema ya no los necesitan. No niegan que hicieron un gran trabajo en adormecer y desarmar la sociedad de ánimos de pataleo pero que el negocio va a estar mejor en manos de sus propios dueños.
Si miramos hacia el lado a los progresistas, los extraparlamentarios, la izquierda, hacia los que si proponen cambios uno no puede menos que asustarse de las extrañas configuraciones políticas producidas buscando cambios. Y cambios vaya que produjeron. Si antes algo estaba claro en los roles de gobierno, oposición oficial y fuerzas de cambios, hoy… bueno hoy, necesitamos expertos que nos expliquen que mierda es todo este enredo y yo odio los expertos.
Algo tienen las elecciones que hace que las convicciones de cambios profundos, principios y ética de los progresistas, extraparlamentarios y la izquierda se vayan a la cresta y solo vuelvan una vez pasadas las elecciones. Esto sucede aun cuando saben que no ganaran y que las elecciones sirven, según ellos mismos, para propagandizar y mostrar un camino diferente. Es un punto de partida para educar y sacar de la apatía la ciudadanía y pedir su confianza. Si de eso se tratan las elecciones para ellos, entonces, han hecho un magnífico trabajo porque la ciudadanía ahora esta clarita sobre lo que quieren y aspiran. El dibujo que muestra la carta de ruta de hacia dónde nos quieren conducir es inmaculado. Se ve con gran precisión los objetivos que algún día nos beneficiaran y harán mejor nuestras vidas. Nos queda claro que todos los caminos conducen de vuelta a la Concertación y para asegurar este resultado se figuraron tres estrategias diferentes pero con el mismo fin. Una, Juntos Podemos, mejor dicho P.C más Concertación para dejar claro que izquierda y Concertación es lo mismo, que los votos de uno son del otro y para asegurar bien y no quepa dudas de que es lo mismo le pusieron al lado como emblema al Sr. Arrate. Dos, una estrategia algo más compleja porque empareja a dos ex concertacionista también de características en apariencias disimiles pero iguales en esencia. Navarro- Zaldívar o MAS- PRI con críticas de forma a la Concertación más no de contenidos. Tres Un joven carismático que aboga por las "raíces" de la Concertación. Tan bueno es, que no ha necesitado compañía para correr porque desde el principio diseño una estrategia basada en "el que no llora no mama" y llora y se queja con grandes resultados en las encuestas.
Todo esto indica que las lecciones sacadas por los progresistas, extraparlamentarios y la izquierda de elecciones pasadas han sido bien aprovechadas y si antes tastabillaban hoy se van de hocico al suelo. Hoy nos queda claro gracias a la gran estrategia de estos sectores que son verdaderas alternativas a las desigualdades sociales. Hoy sabemos con claridad que nuestras penas llegan hasta diciembre porque tres o cuatro diputados dependiendo de la suerte y de cómo se ponga la Concertación, nos traerá grandes bendiciones, la exclusión será cosa del pasado y que el sistema binominal bajo estos arreglos y circunstancias no es tan malo. Que Navarro y Zaldívar harán una gran dupla en el Senado que también se traducirá en bendiciones a nosotros tan necesitados de representatividad en el Congreso, porque hay que tener las prioridades claras. ¿Las necesidades económicas? No eso es para después, para cuando ya estén instalados porque ahí veremos cómo luchan en Chile los amigos cuando son diputados.
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