Fuente: Fortín Mapocho.
El montaje del dinero terminó por imponerse en la carrera por la inscripción presidencial. Gastos que superan los 500 millones de pesos en la recolección de firmas, giras y propaganda nos dejaron fuera de toda posibilidad de competir. Esto es por ahora. Los otros, aquellos que buscaron un techo político legalmente inscrito, prosiguieron en una carrera sin destino al precio de ofertas políticas fracasadas en estos últimos 20 años de unidad Concertación/Alianza.
Cuatro sucesivos gobiernos de la Concertación han dado al traste con las esperanzas democratizadoras de todos aquellos que plebiscitaron en 1988 la vuelta a la democracia. La aplicación del modelo neoliberal por la Concertación es el balance de una política agotada. Quien fija la agenda son los grupos económicos, no el gobierno, el cual, en su desconcierto, no logra entender por qué el pueblo considera con absoluta reserva, si no, con desconfianza, el optimismo de los anuncios oficiales. Consciente de las carencias y en un balance de 20 años de negocios donde el aparato del Estado se ha transformado en medio eficaz para generar fortunas y poder para grupos privilegiados, el gobierno ha encontrado la veta de los subsidios y últimamente el festival de inauguraciones: pan y circo para un pueblo tradicionalmente engañado.
Los programas de los candidatos presidenciales se han transformado en menús de toda clase de propuestas, producto de las cuatro elecciones presidenciales desde 1989 a la fecha, propuestas abandonadas, al día siguiente de la elección por los sucesivos gobiernos de la Concertación. Los candidatos y sus comandos saben positivamente que no cuentan con los quórum parlamentarios para realizar dichas medidas y que éstas podrán realizarse sólo cuando se logren las grandes propuestas que la clase política de la Concertación y la Alianza ha ignorado en estos últimos veinte años. Dentro de la actual institucionalidad constitucional y apelando a la memoria republicana no queda otra alternativa que el recurso a la consulta plebiscitaria para todas aquellas iniciativas que permitan el ejercicio democrático del poder.
¿Cuales son esas propuestas?
• Convocatoria a una Asamblea Constituyente. No basta mencionarla puesto que de la nula aceptación que tuvo en un principio cuando la propusimos hoy todos los candidatos la vocean. Es, por decir lo menos, sospechosa esta repentina adhesión. Por eso lo que interesa a la ciudadanía es saber lo que propondremos en dicha Asamblea Constituyente. Desde ya, no la vemos como una reunión de expertos constitucionalistas sino como una reunión de todos los estamentos sociales de la sociedad. Su primer principio es la consagración de un gobierno democrático y semi representativo por cuanto la ciudadanía, junto con su participación en elecciones periódicas participará además mediante el Plebiscito, la Iniciativa Popular de Leyes y el Referéndum Revocatorio de las autoridades. Las elecciones parlamentarias se regirán por el sistema proporcional. Regirá el Plebiscito para los efectos de Reforma Constitucional, sin embargo la modificación de las leyes que regulan los principios constitucionales exigirán quórum y mayoría simple. De esta manera incorporaremos a la política a la enorme masa de chilenos hoy indiferente o neutral. Así el slogan del gobierno, "yo tengo poder. Yo voto", dejará de ser una mera consigna y tendrá sentido y contenido.
• Renacionalización del cobre, bien público de propiedad de la Nación. Se trata de una tarea fundamental: la consagración de los principios de administración de los bienes públicos –agua, yacimientos mineros, energía, infraestructura, tierras públicas, mar territorial, semillas– todos los cuales son de manera irrenunciable e imprescriptible propiedad de la Nación. El agua y las semillas constituyen la base esencial de la vida y el patrimonio genético. Pero también lo es la preservación del medioambiente que el sistema económico social neoliberal no sólo no respeta sino que destruye. Su uso será regido por leyes reglamentarias de trámite ordinario. Leyes simples consagrarán los delitos de contaminación del medio ambiente con énfasis particular para las zonas cordilleranas y patagónicas.
• El Estado recobrará su rol central en la actividad económica. Mediante su actividad el Estado consagrará una economía social donde se garantizará el derecho de los ciudadanos al empleo, a una vivienda digna, así como a regímenes de pensiones dignas, educación y salud públicas. El salario mínimo mensual se regirá por un mecanismo permanente y consensuado que determine un ingreso mínimo que permita al trabajador superar el umbral de la pobreza. El IVA será escalonado según la naturaleza del producto que se comercializa: 5% para los alimentos de la población; 35% para artículos de consumo suntuario; 15% para todos los productos no considerados en las dos categorías anteriores. La evasión tributaria, así como el delito de información privilegiada será drásticamente penalizada por la legislación tributaria. Se perseguirán los casos de colusión de organizaciones ilegales -carteles- otorgando atribuciones eficaces a la Fiscalía Nacional Económica y se reordenará el sistema financiero en crisis.
• Reinserción de Chile en el contexto de las naciones latinoamericanas. Confundir las relaciones internacionales con la firma de tratados de comercio en un mundo manejado por las transnacionales y las relaciones financieras especulativas es caer sin defensas en el vórtice de la crisis que hoy vive el mundo. Ha llegado el momento de plantear una diplomacia latinoamericanista cuyo punto central es la integración como la vieron los Padres Fundadores de las Repúblicas Latinoamericanas. No deben existir puntos excluidos en nuestra política exterior. Deberán por ello crearse ventajas cooperativas entre las naciones que permitan, compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio; crear fondos compensatorios para corregir las disparidades y que permitan la integración latinoamericana y espacios de alianzas sociales y culturales.
Todos aquellos candidatos a parlamentarios que sostendrán los principios fundamentales que han alentado nuestra lucha política en estos años contarán con nuestro apoyo irrestricto. Así como estoy seguro de mis compañeros de ruta del MSPS. En la segunda vuelta el compromiso con estos principios decidirá la elección de quien se comprom℮ta -sin engaños ni ambigüedades- respetarlos frente al pueblo.
Héctor Vega
Secretario General
Movimiento de Saneamiento Político y Social
Santiago, 15 de septiembre de 2009
1 comentario:
Hector Vega es lejos de todos los candidatos el que entiende mejor Chile y sus necesidades. por eso No es raro que nadie en la prensa ni la llamada izquierda lo tomara en cuenta. Es demasiado bueno.
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